Hasta su apodo fue utilizado con una enorme carga sexista, pero su mención toma relevancia para destacar la importancia de la atleta holandesa Fanny Blankers-Koen, la primera gran deportista olímpica de la historia.

La espigada corredora, conocida como la "ama de casa voladora", desafió todo tipo de críticas en su contra para convertirse en la gran sensación de las Olimpiadas de Londres en 1948, siendo la primera mujer en ganar cuatro medallas de oro en unos juegos.

Lo hizo a la edad de 30 años, siendo madre de dos hijos y con tres meses de embarazo.

"Recibí muchas cartas malas, con gente escribiendo que debería quedarme en casa con mis hijos y que no se debería permitirme correr en la pista con, ¿cómo lo diría?, pantalones cortos", recordó Blankers-Koen, en una entrevista con el New York Times en 1982.

"Un periodista escribió que era demasiado vieja para correr y que debería quedarme en casa para cuidar a mis hijos".

"Cuando llegué a Londres lo señalé con el dedo y le dije: 'te voy a mostrar'", comentó.

Y cumplió con su palabra al subir a lo más alto del podio en los 100 y 200 metros planos, los 80 metros con vallas y en el relevo 4x100 metros.

Estos logros la convirtieron en heroína nacional en Holanda y en imagen de la lucha contra los prejuicios de género y edad en el deporte, razón por la que Google le dedicó el Doodle de su navegador en nueve países este este jueves 26 de abril, fecha del centenario de su nacimiento.

Inspiración

Nacida en 1918, Francina Elsje Koen destacó desde temprana edad por su habilidad para los deportes.

Tras probar en diferentes modalidades, se concentró en las pruebas de pista y campo durante su adolescencia, estableciendo el récord nacional de Holanda de los 800 metros planos a los 17 años de edad.

Al año siguiente participó en las Olimpiadas de Berlín de 1936, logrando un sexto lugar en salto alto y un quinto en el relevo 4x100m.

Su recuerdo de esos juegos, como ella siempre reconoció, fue el autógrafo que consiguió del velocista estadounidense Jesse Owens, a quién igualó al ganar cuatro preseas doradas en una misma olimpiada 12 años después.

En 1940, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se casó con su entrenador Jan Blankers, con quien tuvo dos hijos.

Pese a la cancelación de los Juegos Olímpicos de 1940 y 1944, Blankers-Koen mantuvo una rutina de entrenamiento que le permitió y mejorando en cada una de las disciplinas atléticas en las que participaba, llegando a poseer en un momento dado hasta seis récords del mundo.

Su aplastante triunfo en la final de los 200 metros planos en Londres, ganando con una diferencia de 0,7 segundos, es la mayor ventaja que se ha registrado en la distancia en la historia de las olimpiadas.

Siguió en activo y participó en los juegos de Helsinki 1952, retirándose tres años después, a los 37 años.

Murió el 25 de enero de 2004 tras ser fuente de inspiración a varias generaciones de mujeres atletas.

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