AFP

Burundi anunció este miércoles que rechaza el despliegue de 228 policías de la ONU en su territorio, decidido con el fin de restablecer la calma y el respeto de los derechos humanos en el país.

"El gobierno de Burundi rechaza cualquier disposición en relación con el envío de cualquier fuerza a su territorio" que "viole la soberanía nacional", indica un comunicado del portavoz gubernamental Philippe Nzoborariba.

Burundi está empantanado en una grave crisis pautada por estallidos de violencia desde que el presidente Pierre Nkurunziza anunciara en abril de 2015 su candidatura a un tercer mandato presidencial. A pesar de las protestas fue reelecto en julio de ese año.

La violencia política se cobró la vida de 500 personas e indujo a 270.000 a abandonar el país.

El viernes pasado, el Consejo de Seguridad votó una resolución presentada por Francia que dispone el despliegue de 228 policías de la ONU en Burundi, país al que pide que "coopere plenamente" con la fuerza policial de las Naciones Unidas.

El rechazo de la decisión de la ONU estaba previsto ya que el sábado el gobierno burundés organizó manifestaciones delante de la embajada de Francia en Bujumbura, la capital.

Burundi endureció incluso su posición, en la medida en que no acepta ningún despliegue policial cuando hace unos días había dicho que podría aceptar la presencia de 50 policías de la ONU.

La hipótesis de 50 policías "ya no tiene razón de ser y debe reconsiderarse, pues las fuerzas de defensa y de seguridad controlan perfectamente la situación en el interior de todo el territorio nacional", afirmó Nzobonariba.

El portavoz gubernamental precisó, en cambio, que los 100 observadores y otros tantos expertos militares que debe enviar la Unión Africana son "bienvenidos".

La resolución de la ONU prevé que los policías se desplieguen en todo el país "por un período de un año" y que la misión pueda prolongarse o modificarse si la situación empeora.

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