Por AFP / T13

El Papa Francisco cierra este domingo su visita a Chile y Perú con una durísima condena a la corrupción que "enferma" a la política de América Latina y una denuncia a los "sobrantes humanos" que se agolpan en las periferias de las ciudades.

El Papa argentino pudo sentir en Perú el calor de una población que salió en masa a las calles para arroparlo, a diferencia de la fría acogida que recibió en Chile.

Su sexto viaje a la región se vio empañado --en particular la etapa chilena-- por el escándalo que persigue a la Iglesia por los abusos sexuales del clero a menores.

Según estimaciones del Vaticano, 1,3 millones de personas asistieron a la misa en la base aérea de Las Palmas, donde concluyó su visita a Perú. Ahí lo acompañó el arzobispo de Boston, Sean O'Malley, quien el pasado sábado, a través de un comunicado, criticó las declaraciones del Pontífice en las cuales calificaba de "calumnias" las denuncias de encubrimiento por parte de las víctimas de Fernando Karadima.

El presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores señaló que es “comprensible” que las declaraciones y comportamiento del Papa con el obispo Barros causaran “un gran dolor” a las víctimas en Chile.

A pesar de erigirse en defensor de las causas de indígenas, migrantes, medio ambiente, los olvidados de la globalización o la violencia contra la mujer y en látigo de la corrupción, el balance de este sexto viaje por los dos países está empañado por los abusos sexuales de religiosos que tanto daño han hecho a la imagen de la Iglesia católica, en particular en Chile.

Su reunión con víctimas de abusos en Santiago no le impidió sin embargo tildar de "calumnias" las acusaciones contra el obispo encausado, del que se despidió afectuosamente con un abrazo en Iquique.

Pero el tema de Juan Barros en Perú no sobresalió solo por las declaraciones de O´Malley. Durante una misa del Pontífice el pasado sábado, el diario limeño La República destacó la presencia del arzobispo de Piura y Tumbes, José Eguren, quien “está acusado de tráfico de tierras en Piura y encubrimiento a los abusos sexuales y físicos en la organización católica”, según tuiteó la periodista Paola Ugaz.

“Por una situación similar se armó un quilombo en Chile y acá no pasa nada. Increíble”, replicó Pedro Salinas, coautor del libro del libro "Mitad monjes, mitad soldados", quien en un artículo calificó a Eguren como “el Juan Barros peruano”.

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