El presidente Donald Trump extendió hoy un año más el decreto que declara a Venezuela como amenaza a la seguridad de Estados Unidos por la "erosión de las garantías a los derechos humanos" y la "corrupción gubernamental", entre otras cosas.

El decreto inicial fue firmado el 8 de marzo de 2015 por el presidente Barack Obama, que un año después lo prorrogó. El 24 de agosto del año pasado, Trump firmó otra orden ejecutiva que ampliaba la del demócrata. "Las circunstancias no han mejorado y continúan planteando una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos", señala el mandatario en la nueva extensión.

La declaración de "emergencia nacional", que es el término oficial que contienen estos decretos, sienta la base legal para que el presidente de Estados Unidos pueda imponer sanciones a un país. Junto a la erosión de las garantías de los derechos humanos y la "exacerbada presencia de corrupción gubernamental significativa", Trump argumenta su decisión aludiendo a la persecución de oponentes políticos, el recorte de la libertad de prensa, el uso de violencia y las violaciones de derechos humanos y abusos contra manifestantes antigubernamentales.

Rondas de sanciones

El mandatario republicano ha situado a Venezuela en el centro de su política latinoamericana y desde su llegada a la Casa Blanca ha impuesto varias rondas de sanciones contra más de medio centenar de funcionarios del entorno político de Nicolás Maduro, incluido el propio presidente venezolano.

Asegura que no las retirará hasta que el país regrese a la senda democrática. También impuso una ronda de sanciones financieras, en un intento de ahogar la financiación del Gobierno de Maduro, y mantiene sobre la mesa la posibilidad de un embargo petrolero. De hecho, Estados Unidos, Canadá y México estudian juntos qué hacer para mitigar el impacto en otros países y en la propia población venezolana de esa medida, según dijo recientemente el secretario de Estado, Rex Tillerson.

Publicidad