(Foto: EFE) Ambos sismos sacudieron a la zona noroeste del país afectando a pueblos que viven de la agricultura, donde las viviendas hechas de adobe y ladrillo no resistieron. En cuestión de segundos 12 aldeas se convirtieron en escombros.
En medio de la tragedia, la Media luna Roja iraní debió atender a cientos de heridos y evacuaron a la mayoría de los damnificados durante la madrugada. Los socorristas ya dieron por terminada la búsqueda de sobrevivientes.
El primero de los terremotos ocurrió en Ahar y alcanzó los 6,4º en la escala de Richter, mientras que el segundo tuvo su epicentro en Varzeghan y con una intensidad de 6,3º Richter.
Mientras la autoridades intentan dimensionar la magnitud de la catástrofe, se sabe que la mayoría de las víctimas fueron mujeres y niños, ya que los hombres se encontraban trabajando en los campos a la hora de los terremotos.
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