Caso Penta: En declaración ante Fiscalía Carlos Lavín atribuye irregularidades a Hugo Bravo

Caso Penta: En declaración ante Fiscalía Carlos Lavín atribuye irregularidades a Hugo Bravo
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El controlador del grupo Penta declaró el pasado 12 de noviembre en la Fiscalía Oriente, donde aseguró que todas las acciones irregulares o fuera de la ley solo estaban en conocimiento de Hugo Bravo.

En el marco de la querella interpuesta a Hugo Bravo por los controladores del grupo Penta, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, éste último prestó declaraciones por la acusación de grabación ilegal y amenazas, además de referirse a una serie de conversaciones que sostuvo con el ex gerente de la firma.

La filtración del documento de nueve páginas –obtenido por La Segunda- revela las declaraciones de Lavín sobre el deterioro de la relación con Bravo, los conflictos que tuvieron con él por dinero y su versión de las polémicas reuniones con el ex ejecutivo.

Según la publicación, el testimonio abre algunas incógnitas sobre su relación con el martillero Jorge Valdivia y su quiebre con Bravo, pese a sus continuas conversaciones.

A continuación algunos de los pasajes más importantes:

El término de la relación con Bravo

En los primeros pasajes de la declaración de Lavín, éste detalla como la relación de Jorge Valdivia y Hugo Bravo perturba a los controladores del grupo y comienza a elevar la tensión en medio de la pesquisa por fraude al FUT. "El 8 de julio de 2014, me llamó Hugo Bravo para señalar que habían citado a declarar con el fiscal Carlos Gajardo, al contado de Penta, Marcos Castro, como testigo en el caso 'Fraude al FUT'. Fue una conversación muy breve señalándole que habláramos personalmente al día siguiente", señaló.

Lavín cuenta que "antes de que llegara Hugo Bravo, para no distorsionar lo que me podía decir, hablé personalmente con Marcos Castro para saber a qué había ido. Ante esto señala que él tenía relación con un señor que nos supervisaba en Impuestos Internos, un señor Álvarez, que estaba preso. Él supervisaba como supervisor asignado a parte de la malla de empresas Penta, cosa de la cual no tenía idea. Ante esto lo 'atrinqué', le dije 'vamos al grano... ¿hay devoluciones impropias de empresas Penta?', ante lo que me dice que no. Lo mismo respecto de las empresas relacionadas con Carlos Alberto y las empresas relacionadas conmigo, y señala que no habían devoluciones impropias en esta".

"Sin embargo, me acordé de que habían empresas de Hugo Bravo en las cuales Marcos Castro le llevaba la contabilidad y le pregunté si había devoluciones impropias allí, y dijo que sí, que le había advertido de esto a Hugo Bravo, y que no había devuelto la plata, y que la había puesto en ingresos varios. En esta conversación estuvo Carlos Alberto. Esto fue el 9 de julio", sostiene Lavín.

"Ese mismo día, más tarde, tuvimos una reunión Carlos Alberto, Alfredo Moreno y yo con Hugo Bravo para ratificar lo que había dicho Marcos Castro. Le sacamos la información "a tirones" y confesó acordarse de devoluciones por $90.000.000 (al final eran como $260.000.000). Todo esto relacionado con empresas personales de él", dijo.

"El día siguiente, el 10 de julio, hablé personalmente con Hugo Bravo y le dije que tenía que renunciar a todo lo que tenía que ver con Penta, y que ojalá pudiera salir de esto lo mejor posible, pero que la verdad es que era incompatible lo que había confesado con su permanencia en la empresa".

"La renuncia a los directorios la hace por cartas ese mismo día 14 de julio. Además, firmó un cheque por $45 millones y un pagaré por aproximadamente $62 millones en el cual se comprometía a devolver a Penta los dineros pagados a Jorge Valdivia en forma indebida y desconocida para nosotros".

Peticiones de dinero

Lavín detalla que "después de eso, Hugo Bravo pide hablar con nosotros de nuevo, lo que se materializa el 29 de julio de 2014 en la oficina de Alfredo Alcaíno (abogado de Penta). Nuevamente llega con peticiones económicas y señalando que lo que se perseguía en el caso 'no es Hugo Bravo, sino que es Penta'. Estuvo Carlos también en la reunión".

"En los primeros días de agosto, yo fui solo a ver a Hugo Bravo. Estaba él y su señora. Era otro Hugo Bravo, más entero. De entrada me dijo 'Carlos, soy culpable, la cagué me arrepentiré los días de mi vida de haber hecho esta huevada', ante lo cual sólo lo acogí no más. Acto seguido me dice '¿no crees que será momento de que yo cobre?', ante lo que le dije que ya habíamos conversado esto, y que en este momento no era correcto que estuviera cobrando nada, y luego conversamos otras cosas y me fui".

"Luego hubo una segunda visita con Carlos Alberto, que debe haber sido en agosto pero antes del 22. La visita fue muy tensa, Hugo Bravo volvió a insistir en que la investigación no iba por él sino que por Penta, y seguía exigiendo dinero. En el intertanto, él estaba organizando el pago por $1.100.000.000 a Impuestos Internos como forma de alivianar el delito".

"A los pocos días tuvimos la ratificación de sus dichos ya que estalla en la prensa la noticia de que el SII había presentado denuncia por las boletas de las señoras nuestras".

La última reunión

"Luego viene una tercera visita, unos 15 días después, el 7 de septiembre lo llamé y le dije si lo podía ir a ver, me dijo que sí. Sucede que ese día estaba mi hijo Carlos Eugenio Lavín Subercaseaux almorzando conmigo y le dije que si quería acompañarme, y me dijo que sí".

"Cuando se sienta, de inmediato dice en forma poco amable '¿Cuándo me van a pagar?'. Ante esto me enojé un poco y le digo 'hasta cuando me hueveas con eso?, me lo has preguntado no sé cuántas veces'".

"Le pregunto en qué está el caso. Y me dice 'van por Penta'. Le pregunto qué significa esto, y me dice que no son sólo las boletas, sino que hay otras cosas, como las pérdidas de la PCR".

"Ante esto le dije que él sabía mejor que nadie que las pérdidas eran verdaderas, y me dice que puede ser que esas pérdidas no tengan justificaciones. Le pregunté qué más, y me dice que hay unos cheques entre empresas Penta y el Banco. Le dije que estaba muy tranquilo porque siempre hemos tenido encima a la Superintendencia de Bancos, que se pasaba varios meses al año dentro del Banco. Luego traté de cortar la reunión para poder irnos pronto, estaba desagradado, y nos vamos. Esa fue la última vez que vi a Hugo Bravo".

La polémica grabación

"Posteriormente nos notifican de una demanda laboral en que Hugo Bravo pide que se le pague una indemnización de 2 mil millones de pesos".

"En esa demanda él indica como fundamento de las indemnizaciones el hecho de que el día 7 de septiembre de 2014 habríamos sostenido una reunión, como fue la que tuvimos en su casa, en la cual yo me habría comprometido a pagarle dinero por estos conceptos. Y para probar que yo habría dicho esto, indica que existe un audio, ya que él habría registrado -sin mi conocimiento ni obviamente consentimiento- la conversación que tuvo lugar ese día".

"No sabía por ningún motivo que estaba siendo grabado ni menos que utilizaría esto para demandarme. Sobre todo cuando lo voy a ver por amabilidad y sin interés alguno. No me fijé si había o no algún artefacto que pudiera grabar la conversación"

"Como empresario funciono con la confianza en las personas. Obviamente me equivoqué pensando que él era un persona decente para recibir a sus visitas".

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