Hasta el pasado 23 de junio, el número de casos detectados de ébola en África Occidental era de 635. Menos de diez días después, ya son 763. Y de ellos, 468 ya han muerto, reveló hoy Luis Gomes Sambo, director de la OMS para África, en Accra (Ghana), donde la organización internacional se reunirá por dos días con los representantes sanitarios de once países para discutir medidas que logren frenar lo que ya se considera el peor brote de esta enfermedad por su alcance y mortalidad.
Desde que el virus fuera identificado en 1976, se han producido 18 brotes, básicamente, en el África Central. Sin embargo, ahora, la enfermedad - que se encuentra de manera natural en ciertos murciélagos de zonas boscosas- saltó a países del África Occidental y lo que es más preocupante: a sus ciudades. De hecho, nada más conocerse el brote a fines de marzo en Guinea Conakry, las autoritariades sanitarias comenzaron a alertar de que solo sería cuestión de tiempo de que el mal se expandiera y se transforme en una emergencia regional. Hoy, además de Guinea Conakry, ya se encuentran afectados Liberia y Sierra Leona, donde ciertas prácticas culturales y la desconfianza hacia el sistema sanitario hacen que el control sea aún más difícil.
"Por primera vez, el virus del Ébola está circulando en zonas urbanas y rurales. La tendencia apunta a que la epidemia cruzará fronteras y alcanzará una expansión internacional, lo que la convertiría en un serio problema de salud pública", dijo Gomes.
Los síntomas del ébola, tras un período de incubación que puede ser de semanas, son fiebre muy alta, dolores musculares, vómitos y diarrea. La evolución rápida a hemorragias internas ha llevado a tasas de mortalidad del 90%. Su contagio es a través del contacto directo con los fluidos corporales de las personas o animales enfermos.
Además de la expansión regional, existe la preocupación de que el brote se extienda a la cercana Europa y de ahí a zonas más lejanas, incluso, Chile. "Llegando a Europa puede diseminarse rápida y fácilmente. Por eso tenemos que estar alerta ante la llegada de personas de esos países y que tengan algunas características de resfriado común pero con fiebre alta y fuertes dolores. En esos casos, se debería empezar a sospechar", advirtió a La Tercera, Olivia Horna, del Programa de Epidemiología de la Universidad de Chile.
