Mientras de un lado culpan a uno, desde el otro lo desmienten y les adjudican la falta. Ya parece una historia vieja, pero el conflicto entre Israel y Hamás continúa causando estragos, y un cese al fuego definitivo parece lejano.
A seis semanas de que iniciaran los primeros ataques, los negociadores israelíes -de la mesa que buscaba la paz en Egipto- decidieron retirarse de las conversaciones.
Tras ocho días de relativa tranquilidad, Israel acusó a Hamás de violar la última tregua antes de que acabase y lanzar cohetes, por lo que respondió con más de 25 bombardeos a Gaza.
Los reportes de medios y hospitales locales indicaron que los bombardeos dejaron más de 40 palestinos heridos, al menos tres muertos (principalmente civiles), y otros cientos escapando de sus hogares hacia refugios de la ONU.
Hasta ahora el conflicto ha dejado más de dos mil muertos (incluyendo unos 500 niños) y sobre 10 mil heridos, además de unos 17 mil hogares, mezquitas, escuelas y hospitales con graves daños.