La historia ocurrió en Los Angeles, California, cuando un delincuente ingresó a la fuerza a una vivienda. Charlie, la mascota de la familia, se percató de la presencia del sujeto, comenzó a ladrar y se lanzó contra él.
Fue en ese momento cuando el intruso sacó un arma y disparó dos veces, hiriendo al perro que recibió las balas que iban en dirección donde se encontraba uno de los niños de la familia. "Si Charlie no hubiera recibido esa bala, habría llegado a uno de mis hijos", aseguró la dueña de la mascota.
Tras el episodio Charlie quedó muy mal herido y fue llevado a un centro para animales, el North Central Shelter Intervention Program, para que le dieran ayuda ya que la familia no podía pagar la costosa cirugía de más de 3 mil dólares. Fue un momento doloroso ya que no querían separarse de él.
Fue en el centro, a través de la Fundación Bill, donde se ideó una colecta solidaria para costear los gastos de la operación. Para eso, publicaron la historia de Charlie en su página de Facebook y detallaron el problema físico que le generaron sus heridas: "Su pata derecha frontal tiene una fractura en el húmero que requiere una complicada cirugía o una posible amputación. Su pata derecha trasera tiene una profunda laceración que necesita tratamiento".
"Si no podemos juntar el dinero para la cirugía de Charlie, no podrá reunirse con la familia que ama tanto, por la que arriesgó su vida para salvarlos", decía la publicación.
A poco de hacer conocida la tragedia de Charlie, su historia comenzó a difundirse por las redes sociales. Tan así, que llegaron numerosas donaciones de extraños que hicieron un total de 4 mil dólares en sólo una hora.
Gracias a la solidaridad de tantas personas esta mascota héroe logró recibir su tratamiento y reunirse nuevamente con su adorada familia.
