Por Jaime Pinochet

A menos de una semana de haberse notificado cambios en la distribución de labores de los fiscales que investigan las distintas causas por presunto financiamiento irregular de la política, ayer se efectuó una nueva modificación. 

El fiscal nacional Sabas Chahuán asumirá la totalidad de la investigación a contar de este martes, en paralelo a la labor que realizan otros representantes del Ministerio Público. Tras todos los cambios efectuados, muchos se preguntan quiénes son los "ganadores" y "perdedores" dentro de este nuevo esquema.

¿Quién gana?

Carlos Gajardo.

La semana pasada le quitaron la causa y la habían dividido por dos. Había quedado relegado a un segundo plano pues el caso quedaba en manos de dos fiscales regionales. Incluso se llegó a hablar de un golpe blanco. Pero tras la decisión de este martes, recupera el liderazgo de la investigación y, además, con línea directa con el fiscal nacional.

Desde que se informara la decisión de la fiscal (s) Solange Huerta, las críticas llovieron desde todos los sectores. Primero la Alianza, que cuestionó el nombramiento de Andrés Montes, fiscal regional de la Centro Norte e hijo del senador socialista Carlos Montes, a cargo de la arista SQM justo en momentos en que esta apuntaba a la Nueva Mayoría. Este martes, de hecho, el propio Chahuán señaló que el propio Montes le hizo ver su “preocupación”.

Con respecto al caso Penta, los defensores ligados a esta investigación recibieron con sorpresa la decisión de cambiar a Gajardo por su jefe Alberto Ayala, opiniones que por diversas vías llegaron hasta las oficinas de Chahuán. ¿El principal argumento? Que no parecía apropiado cambiar al jefe de la causa a dos semanas de la formalización, menos tratándose de un tema tan complejo.

En el escenario que había hasta esta mañana, sería Ayala quien formalizaría a los dueños de Penta, a Pablo Wagner y a Hugo Bravo el miércoles 4 de marzo. En una audiencia de este tipo, el conocimiento del expediente es clave a la hora de plantear las acusaciones frente al juez de garantías, pues en ese momento se dibuja el camino a seguir por la causa. Y cualquier error puede costar caro para la fiscalía o las defensas. Aquí está la clave de por qué no gustó a nadie el cambio de fiscal.

Según diversos abogados consultados por T13, lo que más inquietaba a las defensas era la manera en que Ayala enfrentaría las solicitudes de medidas cautelares, las que pueden llegar hasta la prisión preventiva para los imputados.

¿Pero qué hay de Gajardo? La semana pasada bajó el perfil a la decisión de sus superiores, pero no dejó de dar declaraciones en los últimos días, algo que no había hecho en todo el caso. Ayer dijo que “había que llegar hasta las últimas consecuencias” y agregó: “¿Si no nos dedicamos a otra cosa?”. Y tras conocerse de la decisión adoptada por Chahuán señaló que: “Es un respaldo a la labor que hemos realizado”.

¿Quien pierde?

Todos.

Andrés Montes, según varios abogados, es uno de los más perjudicados pues para muchos su salida es un reconocimiento implícito de que tienen un flanco político por la militancia de su padre. Es más, según otras fuentes, se llegó a evaluar si efectivamente esto constituía una posible causal de inhabilidad.

Por otro lado, Ayala, que entra y sale de un caso emblemático en meses claves para la elección del nuevo fiscal nacional.

Y también Chahuán, que debe enmendar una decisión de forma improvisada y a una semana de una formalización emblemática haciendo uso de una atribución excepcional que nunca se había invocado desde el inicio de la Reforma Procesal Penal.

Ayer atribuyó su decisión a “la trascendencia de los hechos investigados, la investidura de las personas presuntamente involucradas y los nuevos antecedentes surgidos”.

Además, ante la opinión pública la sensación de que se está interviniendo una causa de este tonelaje es inevitable.

Desde el entorno de Chahuán dicen que él irá a la formalización junto a Gajardo la próxima semana.

Puedes revisar todos los argumentos entregados por Chahuán a continuación:

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