Dilma Rousseff aún es considerada como la favorita para ganar las elecciones de su país en octubre, sin embargo hay quienes la critican por el mal manejo de su administración respecto del mundial de fútbol.
Varios estadios y construcciones de la Copa del Mundo se retrasaron o bien presentaron problemas.
Hoy, Rousseff intenta acallar esas críticas. En una entrevista al New York Times, la brasileña recordó cuando en 1970 fue encarcelada por tres años en plena dictadura y aun así apoyó a su selección en el mundial.
La mandataria defendió los préstamos que debieron pedir a bancos estatales para construir algunos estadios y dijo que los brasileños que se oponen al evento son una “pequeña minoría”.