En su juventud, el periodista independiente y columnista cubano Reinaldo Escobar fue partidario al régimen de Fidel Castro pero con el pasar de los años se fue alejando del líder de la revolución.
Desde principios de los años '90 Escobar está casado con la bloggera Yoani Sánchez, una de las opositoras al régimen cubano más conocidas en el mundo.
Poco después de conocerse el inicio del diálogo entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, Escobar conversó con T13 sobre lo que el considera una "magnífica noticia".
¿Cómo evalúa el proceso de acercamiento entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos?
Yo pienso que esto que está ocurriendo es una magnífica noticia. Soy partidario de que los problemas entre dos países se deben resolver por la línea del diálogo y no por la vía de la confrontación. Pero que los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos hayan tomado la decisión de reabrir sus relaciones no significa que los problemas estén resueltos. El optimismo tiene sus límites.
Al gobierno cubano le corresponde ser recíproco y hacer lo que tiene que hacer en las asignaturas que tiene pendientes en derechos políticos y libertades ciudadanas
Yo creo que el gobierno de Estados Unidos ha dado una muestra de buena voluntad con todas estas medidas que está haciendo y al gobierno cubano le corresponde ser recíproco y hacer lo que tiene que hacer en las asignaturas que tiene pendientes en derechos políticos y libertades ciudadanas que son los temas en los que ha tenido fricción.
¿Cuáles serían las principales dificultades que podría tener este diálogo?
Las principales dificultades Obama ya las saltó. Como era el hecho de que estaban los tres oficiales de la seguridad del Estado cubano presos en Estados Unidos y él los liberó con una orden presidencial. Ese era el obstáculo visible que el gobierno de Cuba tenía siempre para no sentarse a conversar o para creer que no estábamos en igualdad de condiciones.
Obama decidió eso muy rápidamente y al mismo tiempo el gobierno cubano soltó al señor Alan Gross que era un tope que tenía Estados Unidos para sentarse a conversar con Cuba.
La gran dificultad es que a Obama le quedan dos años en el poder y que él no es el dictador de los Estados Unidos, sólo es el Presidente y tiene muchas limitaciones para el tema del embargo. El no puede quitar el embargo por decreto como alguna gente cree, aunque sí puede hacerlo casi inocuo con algunas medidas que va a establecer. Cuba tiene que ser recíproco en todo eso.
Los opositores pueden sabotear bastante las medidas que Obama pudiera querer implementar en los próximos meses
¿Qué rol cumplirán los detractores de la medida en el proceso que se vivirá en los próximos meses?
Dentro de Estados Unidos los detractores tienen mucho poder, porque son son miembros del Congreso, senadores, gobernadores. Pueden sabotear bastante las medidas que Obama pudiera querer implementar en los próximos meses. Por ejemplo, la medida de retirar a Cuba de la lista de países que colaboran con el terrorismo, que es una espina que tiene clavado el gobierno de La Habana en relación a Estados Unidos.
Obama ya ha mandado a hacer una investigación para los próximos seis meses. Hacer un nuevo dictamen sobre ese asunto, le va a costar trabajo.
Por otro lado en Cuba, como es una dictadura, no hay fuerzas políticas diferentes, hay una sola fuerza política que está en el poder y se hace lo que ellos deciden.
¿En qué pie queda Cuba frente al ALBA con esta medida?
El compromiso de Cuba con el ALBA, como el compromiso de Cuba con Celac y con todas esas estructuras son compromisos más políticos que de otra naturaleza. Lo que necesita el país ahora son inversiones, dinero para el desarrollo del país y sólo se pueden lograr si países como Estados Unidos pueden invertir en el país.
Si Cuba restablece sus relaciones con Estados Unidos y las normaliza se va a parecer más a los países del ALBA, porque entre esos países todos tienen relación con Estados Unidos.
En definitiva no es un acto de alejamiento sino que de acercamiento. Se va a parecer más a esos países.
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