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5 anécdotas de la infancia de Marcelo Bielsa que explican su "locura"

5 anécdotas de la infancia de Marcelo Bielsa que explican su "locura"
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El actual entrenador del Olympique de Marsella tuvo una infancia donde la pelota era su confidente.

Entender el origen de la personalidad del ex entrenador de la selección Chilena puede convertirse en una tarea compleja. Aun así, el sitio argentino canchallena se aventuró a explicar la “locura” del entrenador retratando sus mejores anécdotas de infancia.

Un partido en la calle y los policías

En uno de los tantos encuentros que nacían entre los chicos del barrio en la ciudad de Rosario, los vecinos, cansados del ruido generado por los pequeños, llamaron a la policía. Era la época de los años 70 y la improvisada cancha armada con buzos como postes fue interrumpida por dos oficiales que pararon en seco el duelo.

Ahí, preguntaron sí los chicos habían roto unos árboles y quién era el mayor a cargo. Don Pedro, el entrenador, dio un paso al frente y fue agarrado por los policías que lo llevaron directo hacia el Móvil. Marcelo, que creía que todo era una injusticia, se tiró de cabeza al piso y le agarró uno de los pies al oficial que no tuvo problemas en seguir su andar mientras el niño era arrastrado.

La Pelota a todos lados

Hugo Vitantorino, amigo de la infancia de Bielsa, contó en canchallena lo que significaba para el “Loco” el fútbol. “El fútbol, para él, era todo. Dormía con su pelota, caminaba con su pelota, iba a la escuela con su pelota y jugaba al fútbol con su pelota. Era obsesivo, jamás jugaba por jugar, tenía una veta competitiva muy alta”, aseguró.

Dormir con el uniforme

Una tercera anécdota que revelaron fue contada por su hermano Rafael. A Marcelo no le gustaba vestirse en la mañana para ir al colegio, entonces lo hacía de noche. Dormía con el saco, corbata y pantalón largo.

La Guitarra

La madre del ex entrenador de la selección Chilena era bien estricta con su hijo cuando este no cumplía una orden o deber. No podía jugar al fútbol y debía encerrarse en su cuarto a practicar guitarra. El “Loco”, como el mejor jugador habilidoso le pagaba unas monedas a su hermana para que ella tocara el instrumento. Así, mientras la melodía se escuchaba en la casa él se escapaba por los techos para irse a jugar con su pelota a la calle.

Nuevamente problemas con la policía

En otro partido de fútbol jugado en la calle, el DT rompió el vidrio de una casa con un pelotazo, situación que olvidó rápidamente y siguió jugando. Cuando iba a lanzar un córner, una patrulla policial atravesó el campo de juego y frenó el duelo. “Déjame patear”, gritó Marcelo. Esa frase bastó para que los oficiales se lo llevaran detenido. Su padre, después de varios trámites burocráticos logró que lo soltaran, sin embargo, el muchacho amenazó que no se iba del lugar hasta que le devolvieran la pelota. Finalmente se la pasaron, para la alegría de un Bielsa cuya sonrisa nadie se la quitaba.

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