Para nadie es un misterio que el ranking que elabora el ente rector del fútbol mundial tiene una extraña manera de puntuar a las selecciones. Quizás esto explica por qué Colombia, Suiza o Bélgica serán cabezas de serie en Brasil 2014, en desmedro de Italia, Holanda o Inglaterra, países con bastantes más pergaminos.
Denis Sauré y Guillermo Durán, del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, tienen una explicación que, por increíble que parezca, ayuda a entender por qué hoy el "Equipo de Todos" ocupa el puesto 15° de la clasificación.
¿CÓMO CALCULA LA FIFA LOS PUNTAJES DE CADA PAÍS QUE DETERMINAN EL RANKING MES A MES?
Cada compromiso que disputa un combinado nacional influye en el cálculo de su puntaje total. El valor asignado a cada partido está determinado por cuatro factores: el resultado del partido, el nivel del partido (si es en un Mundial, en Clasificatorias, en un torneo continental o en un amistoso), el continente del rival (vale más vencer a un europeo que a un asiático, por ejemplo) y la posición del adversario en el ranking. Se consideran en total los duelos de los últimos cuatro años, pero se ponderan mejor los encuentros del último año (esta ponderación disminuye con los años). Finalmente se suma el valor que cada juego aporta y se obtiene el promedio de todos los cotejos disputados.
Aquí es donde empiezan las contradicciones. La primera que salta a la vista es que como los amistosos tienen menor valor que los partidos de Clasificatorias o de Mundial, suele ocurrir que ganar un encuentro de exhibición signifique bajar el puntaje total, por ende, caer en el ranking, pues se promedia con el resto de los resultados.
La elección de los ponderadores y de los parámetros es otra contradicción. Por ejemplo, no se toman en cuenta las localías de los partidos o vale más ganarle a Malta o Chipre que empatarle a España.
¿QUÉ PASABA SI CHILE NO JUGABA NINGÚN AMISTOSO EN LOS CUATRO AÑOS ANTERIORES AL SORTEO?
La respuesta es tan simple como desconcertante. Si la Selección chilena no hubiese disputado ningún amistoso en dicho periodo, hubiera estado segunda en el ranking, sólo detrás de España, el actual campeón del mundo.
En tanto, si hubiera ganado todos estos partidos - 32, 12 de ellos durante las Clasificatorias - habría quedado cuarto. Conclusión, para la FIFA es mejor no jugar que ganar 32 amistosos (esto habría incluido ganarle como forastero a España, Brasil o Francia).
Ahora, si el equipo que hoy dirige Jorge Sampaoli no hubiese disputado ningún amistoso mientras se desarrollaban las Clasificatorias, también habría acabado segundo en el ranking. En tanto, si sólo hubiese enfrentado a rivales "buenos" (aquellos que clasificaron al Mundial), manteniendo los resultados que consiguió en esos compromisos, habría llegado al sorteo en el sexto lugar del listado, por ende, habría sido cabeza de serie.
Simplemente para graficar aún más lo anterior. Colombia, cuarto en la clasificación al momento del sorteo, - sólo detrás de España, Alemania y Argentina - disputó 18 compromisos amistosos contra los 32 de Chile y cinco de ellos nada más fueron durante las Clasificatorias (contra los 12 de la "Roja"). Esto puede explicar el cuarto puesto de los "cafeteros" y el duodécimo (en aquel entonces) del combinado nacional. Esta misma comparación también se puede hacer con los equipos europeos.
Frente a esto, tal como exponen Sauré y Durán, lo mejor sería proponerle a la FIFA un ranking matemáticamente más coherente o, de lo contrario, si un país quiere ser cabeza de serie en el Mundial, nada más debe seleccionar sus amistosos estratégicamente, especialmente los del último año.
