Parecía que nuevamente Panamá se iba a quedar a las puertas de un Mundial, que la fiesta más importante del fútbol le volvía a cerrar las puertas en la cara a la mejor generación de futbolistas que ha tenido el país centroamericano en su historia.
El tiempo pasaba y el gol de Johan Venegas alumbraba el marcador mostrando la victoria parcial de Costa Rica en la última fecha del hexagonal final de las eliminatorias de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) para Rusia 2018.
Entre los aficionados canaleros resurgían los sentimientos de tristeza y desazón que hace cuatro años se apoderaron de ellos cuando a 90 segundos de ir al repechaje contra Nueva Zelanda sufrieron los dos goles de Estados Unidos que los eliminó del mundial de Brasil.
Pero entre los jugadores, arengados por el técnico colombiano Hernán "Bolillo" Gómez, lo que hubo en el entretiempo fue una rebelión.
Tal vez fue el recuerdo de lo que ocurrió hace cuatro años el que hizo que en la cancha brotara la rabia, la obstinación del grupo de jugadores que llevaba 15 años tratando de cumplir el sueño mundialista y que siempre terminaba chocando con la realidad de la eliminación.
Para Jaime Penedo, Blas Pérez, Luis Tejada, Felipe Baloy o Gabriel Gómez no había un mañana y eso se sintió en el estadio Rommel Fernández de la capital panameña.
Cierto que hubo un punto de inflexión cuando el árbitro validó el tanto de Gabriel Torres, autor del empate transitorio pese a que el balón nunca cruzó la línea de gol.
Pero nadie puede cuestionar cuando a dos minutos del final Román Torres le pegó con el alma a la pelota para sellar la primera clasificación de Panamá para un Mundial en su historia.
1.083 partidos después
El gol produjo que una marea roja de júbilo que rebalsó las gradas del estadio e inundó las calles de las ciudades y pueblos del país.
Por fin se había logrado torcer el brazo del destino para estar en la fase final de un Mundial y obtener la recompensa para la llamada generación de oro del fútbol panameño, que en Rusia seguramente llegará a su fin.
Se tratan de jugadores que superan de largo los 30 años y que juntos lideran todas las estadísticas del fútbol panameño, desde número de goles a convocatorias con la selección.
Entre los que saltaron a la cancha frente a Costa Rica suman en total 1.083 partidos con la camiseta de la selección.
Fueron los que tomaron el relevó de Julio César Dely Valdés, nombrado mejor deportista panameño del siglo XX, para llevar el fútbol panameño a nuevas cotas.
Con las manos del portero Penedo (36 años), la solidez defensiva de Baloy (36), el control del mediocampo de Gómez (33) y el olfato goleador de Pérez (36) y Tejada (35), Panamá mantuvo la columna vertebral durante los mejores años de su historia.
Desde que en 2005 alcanzaron su primera final en la Copa de Oro, los canaleros han ido acumulando hitos con el balón.
Dos años después llegaron a la final de la Copa Centroamericana y en 2009 la ganaron por primera vez.
Luego alcanzaron las semifinales de la Copa de Oro en 2011 y en 2013 volvieron a disputar el partido decisivo.
Fueron alegrías que contrastaban con las decepciones vividas en los procesos de clasificación al Mundial.
Por lo menos hasta este martes, cuando el balón de Torres sacudió el fondo de la red.
Panamá estará en Rusia y ya nadie les impedirá gozar de una fiesta en la que se ganaron el derecho de estar.
