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La agonía del modelo autoritario de José Mourinho y sus discípulos

La agonía del modelo autoritario de José Mourinho y sus discípulos
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El "peor momento" de la carrera del técnico portugués del Chelsea coincide con el final de unos de sus principales alumnos, Brendan Rodgers.

Por esas cosas del azar (o, si usted mira mucha TV, los efectos deletéreos de la reciente Luna de Sangre), los resultados del fin de semana le costaron el puesto a Brendan Rodgers y acorralaron aún más a su maestro, José Mourinho.

El técnico norirlandés fue despedido una hora después de finalizado el Everton 1-1 Liverpool. No fue una decisión precipitada por el nuevo revés, sino un acto deliberado, decidido hace algún tiempo: se concretó ahora porque la jornada de receso por los compromisos de las selecciones nacionales da a los propietarios tiempo para negociar y concretar el relevo.

El próximo partido de liga del Liverpool, con el Tottenham Hotspur, se jugará en Londres el 17 de octubre.

El gran favorito para el banquillo de Anfield es Jurgen Klopp, ex técnico del Borussia Dortmund, que está disfrutando de un año sabático aunque hace poco hizo saber (sorpresa, sorpresa) que si surgía una buena oferta…

Los propietarios del club, Fenway Sports Group, de origen estadounidense (son dueños de los Boston Red Sox, o Medias Rojas), ya habían identificado a Klopp en junio de 2012, cuando buscaban al reemplazante de Kenny Dalglish.

Klopp decidió entonces quedarse en Dortmund y no le fue tan mal: como recordarán, ganó la Bundesliga y alcanzó la final de la Champions.

Fuentes de Liverpool no se ponen de acuerdo en si una personalidad tan dominante y excéntrica como Klopp es la más indicada para un club con propietarios extranjeros, que manejan sus activos como negocios y por consiguiente permanecen ajenos a los mecanismos emocionales del Liverpool.

Otros nombres citados son Carlo Ancelotti, actualmente sin trabajo, y Frank de Boer, técnico del Ajax, que hace unos días expresó su interés en el puesto.

También se habla de la posibilidad (que suponemos remota) de que el club confíe el banquillo al tándem Steven Gerrard-Jamie Carragher, veteranos que no ocultan la intención de convertirse en entrenadores del club de sus amores.

"Aplazamiento de la ejecución"

Pero si el sismo en Liverpool hizo caer a Rodgers, los movimientos telúricos en Londres estuvieron a punto de costarle la cabeza a un técnico mucho más prestigioso, que hace apenas unos meses tenía la satisfacción de ganar nuevamente el título de la liga inglesa.

Tras una nueva derrota del Chelsea en casa (donde solía ser imbatible), 1-3 ante el Southampton de Ronald Koeman, la información en varios medios coincidió en que el técnico había retenido la confianza del propietario durante una reunión de emergencia del directorio.

(Fue la quinta derrota esta temporada, cuatro en liga y una en Champions ante el Oporto.)

"Retenido la confianza" tiene su puntito de ambigüedad, sin embargo, y varios medios informaron de que su puesto no corre peligro… por ahora.

El Times hasta dijo que se trataba de "un aplazamiento de la ejecución" (stay of execution), en vez de una plena "ratificación de la confianza".

Casi todos los profesionales de la información "huelen sangre", como se suele decir en inglés coloquial, y cada vez dan menos crédito a los trucos verbales del entrenador portugués: el sábado acusó al árbitro de "tener miedo" de dar un penal al Chelsea (en realidad Falcao dio la impresión de dejarse caer), sin querer admitir que el rival reclamó por dos infracciones flagrantes en su área.

El Times publica hoy una columna firmada por Matthew Syed, calificando a Mourinho de "terrorista cultural", incapaz de "formar una dinastía" (o sea permanecer largo tiempo en el mismo club) porque los jugadores "se avergüenzan de sus intentos de crear una siege mentality (paranoia)".

El columnista destaca la obsesión egocéntrica de Mourinho, quien en vez de hablar de "nosotros", insiste en "yo, yo, yo… es el culto del individuo".

Aunque Syed no relaciona directamente ambos episodios, es posible que el enfrentamiento con la médica Eva Carneiro, a quien humilló en público por atender a Hazard en el campo de juego (el árbitro había pedido dos veces su ingreso), pueda tener el mismo valor simbólico en Inglaterra que el dedo en el ojo de Tito Vilanova tuvo en España para debilitar el prestigio del técnico.

La situación se resolverá en las próximas jornadas; si no hay recuperación… adiós Mourinho, quien ha desafiado al club: "si quieren que me vaya, que me echen". Si el receso tranquiliza los ánimos y el técnico puede restablecer la disciplina, el objetivo principal, ahora, sería alcanzar puestos de Champions.

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