La reciente final del Masters 1000 de Roma ha dejado un momento de tensión que tuvo como protagonista al actual número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.
El balcánico estuvo lejos de mostrar su máximo nivel ante el británico Andy Murray, y terminó inclinándose por un doble 3-6.
Djokovic, que venía de difíciles encuentros ante Rafael Nadal y Kei Nishikori, evidenció sus nervios en diferentes jugadas del encuentro. ¿El problema? Las condiciones lluviosas de la jornada romana que lo llevaron a entreverarse en una acalorada discusión con el juez de silla, el argentino Damien Steiner.
“No quiero jugar”, le lanzó mientras explicaba que era “demasiado peligroso” continuar. “Tienes que jugar, ya no llueve”, fue la respuesta.
“Pedí tener una pausa de unos minutos para arreglar la pista. No entendí por qué no podíamos parar el juego. Jugamos en un campo muy mojado, sobre todo en la línea de fondo, y podíamos lesionarnos”, explicó a los periodistas tras la final.
“¿Es necesario que uno se lesione antes de que se vea que no se puede jugar? Para mí es ridículo que el árbitro, que no lleva zapatillas de tenis, baje al campo y diga: sí se puede jugar”, declaró.
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Djokovic complaining about conditions: "Twice, it's too f****** dangerous to play". #RomeMasters https://t.co/1Qx2iOhsIZ
— Ben (@Jamin2g) 15 de mayo de 2016
