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Qué hacer y qué no hacer en el gimnasio

Qué hacer y qué no hacer en el gimnasio
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Si quieres empezar a ir al gimnasio en el nuevo año, aquí te explicamos unos consejos para el primer día, los errores que no debes cometer y unas pistas para que no irrites al resto de usuarios.

Se acerca el Año Nuevo y, según muestran los datos, enero es el mes en que más gente se apunta al gimnasio.

BBC Mundo te contó durante este año algunos consejos sobre qué hacer y qué no hacer en el gimnasio. El 2016 está a la vuelta de la esquina y estos consejos están más vigentes que nunca.

El primero es obvio: intenta cumplir con tu resolución.

Un gran porcentaje de las personas que dan el paso y se inscriben en un gimnasio no terminan cumpliendo con el propósito fijado en fin de año.

Lo que en un principio parece ser una gran idea rápidamente se convierte en una obligación y pronto pasa al olvido.

El primer día

Así que si logras finalmente ir, aquí van unos consejos para tu primer día.

Es obvio, pero por ello no deja de ser importante. Si has decidido empezar a ir al gimnasio, debes pensar cuáles son los objetivos que quieres conseguir.

Será en función de ellos que podrás medir tus progresos, o que los entrenadores podrán ayudarte.

Además, todos los expertos están de acuerdo en que el éxito del ejercicio depende en gran medida de acompañarlo de una buena dieta.

Ir bien equipado al gimnasio es aconsejable. Recuerda llevar una toalla para secarte el sudor y no molestar al resto de usuarios.

También es importante llevar agua, para hidratarte durante el ejercicio.

Además, debes usar ropa cómoda y adecuada a cada estación del año.

Y, finalmente, esto es algo que cualquier deportista sabe: calentar y estirar es imprescindible para evitar lesiones y rendir al máximo.

Los errores

Pasado el primer día, lo importante es que no caigas en algunos errores frecuentes.

Estos son los principales perfiles de las personas que cometen errores en el gimnasio.

1. Los que lo saben todo. Es el que llega al gimnasio y no pide ayuda a un profesional especializado o al monitor de sala y comienza a hacer ejercicios imitando a los llamados usuarios "pro" con mucha más experiencia.

2. Los amigos. Suele ocurrir durante las charlas en los momentos de recuperación. Se pide consejos a amigos u otros usuarios en lugar de acudir a los profesionales en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

3. Los que hablan. Está claro que ir a un gimnasio brinda la posibilidad de socializar con los otros usuarios, pero abusar de esta práctica va en detrimento del entrenamiento.

4. Los que "entrenan el ego" en vez del cuerpo. José Miguel del Castillo, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, explica que el problema es que se "utilizan cargas superiores de las que somos capaces de emplear, realizando el gesto técnico mal, con riesgo de lesión o ineficacia del entrenamiento".

5. Los que miran el reloj. La cantidad de horas, tiempo que se pasa en un gimnasio, no siempre garantiza que el ejercicio sea eficiente, ni que se esté logrando una progresión.

6. Los que disfrutan el dolor. "Cuantificar la eficacia de un entrenamiento en base a los dolores musculares no tiene fundamento científico que lo sustente".

7. Los impacientes. Abarcar varios objetivos simultáneamente no tan es eficiente como concentrar el esfuerzo en un objetivo por cada periodo de entrenamiento.

8. Los eufóricos. El exceso de motivación puede guiarnos a cometer errores importantes que suelen terminar en lesiones.

"Sobreestimar nuestras capacidades o incorporar a nuestra rutina métodos o ejercicios demasiado avanzados hace que se vayan quemando etapas antes de tiempo y se produzca un estancamiento precoz", advierte el experto en preparación física.

9. Los que están entre beber y no beber. Ni mucho, ni poco, ya que hay que hidratarse lo justo (aunque lo más frecuente es que las personas tiendan a estar deshidratadas). La falta de hidratación provoca fatiga, mareos, peor recuperación, calambres musculares, o incluso tendinitis. También puede haber aumento de la frecuencia cardíaca.

"Beber antes, durante y después. No esperar a tener sed porque ya es tarde", fue la recomendación de del Castillo.

10. Los que no saben cómo vestirse. Aquí la variedad va desde los que utilizan lo primero que encuentran en el armario hasta los que están más pendientes de la moda y de cómo se ven que de lo práctico de las prendas.

Y, por favor, no te conviertas en uno de esos usuarios de gimnasio tan irritantes.

Las costumbres irritantes

En BBC Mundo le preguntamos a nuestros lectores vía email, Facebook y Twitter, y obtuvimos una rica variedad de anécdotas, salpicadas de quejas y reclamos, para los oídos de quienes quieran escucharlas...

Los "delitos de higiene" son, quizás, de las prácticas más irritantes.

"Lo más asqueroso es que alguna persona sude y deje todo mojado y que tenga mal olor y de paso te chispee de su sudor", dice Vanessa Pagui vía Facebook.

Otras costumbres irritantes tienen que ver con la consideración, o mejor dicho, la mala consideración.

Aquí las costumbres más aborrecidas pueden dividirse a la vez en dos: uso de máquinas y uso de teléfono.

Y a veces, se da la combinación de las dos: como en el caso que de quienes usan las máquinas para sentarse a hablar o chatear por teléfono.

Otra categoría de costumbres irritantes tiene que ver con la actitud.

Desde "los que se ponen peso de más y se la pasan gritando como Hulk" (como dice Juan Gil) hasta quienes después de emitir el susodicho grito "dejan caer las pesas y hacen que tiemble el suelo" (según relata Alex Rojo-Tabor).

Y, por último, quedan los "delitos" de interacción.

Tres tipos de "pecados" nos fueron reportados: que te miren sin pedir permiso, que te hablen sin pedir permiso y que no te hablen cuando de verdad lo necesitas.

"(Me irritan) los que sólo van a conectar y quieren ligar a medio gym, las que se maquillan y saludan a todos de beso dejando una mezcla de sudor y maquillaje por todos lados", dice Yamanqui Blanco.

Ya sabes, si vas a ir al gimnasio, ten en cuenta esto.

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