Los expertos del Meander Medisch Centrum, de Holanda, encontraron una peculiar momia china con más de 1.000 años de antigüedad, la que estaba escondida en una estatua de Buda que se exhibía en el museo de Drenthe.
El hallazgo fue realizado a finales de diciembre del año pasado mientras los expertos realizaban a la estatua una tomografía computarizada. Tras las pruebas, los científicos se percataron del extraño habitante que había dentro de la escultura.
La momia, según expertos como los radiólogos Raynald Vermeijden y Ben Heggelman, corresponde con un maestro budista que pertenecía a una escuela de meditación china y vivió durante los siglos XI y XII. Esta es la única momia de estas características que está disponible en esta parte del mundo.
Los restos están siendo investigados pormenorizadamente por Vermeijden, quien afirma estar utilizando la última tecnología para examinar sus cavidades torácica y abdominal. El experto confirmó que, en vez de los órganos, hay pequeños papeles escritos con caracteres chinos clásicos.
El cuerpo corresponde a un maestro budista Liuquan y que murió el año 1.100 DC. La estatua está en exhibición en el Museo de Historia Natural de Hungría, en Budapest.
