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La mortal batalla de orcas contra ballenas

La mortal batalla de orcas contra ballenas
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Por primera vez, científicos registraron ataques de orcas a ballenas, específicamente a las jorobadas.

No solo es una gran batalla, sino probablemente una de las mayores que tienen lugar en la naturaleza.

Bajo las olas nada un grupo de orcas: enormes depredadores de casi ocho metros de longitud y más de seis toneladas de peso. Tienen mandíbulas enormes, llenas de colmillos.

Van a la caza de ballenas, uno de los mayores seres vivos que jamás haya existido.

Estas batallas de vida o muerte entre estas dos especies marinas han sido protagonistas del imaginario popular durante mucho tiempo, pero la verdad es más compleja que la que se ve reflejada en las historias.

En pie de guerra

Para empezar, no está claro si las orcas, también conocidas como ballenas asesinas, realmente cazan ballenas, y si lo hacen no se sabe con cuánta asiduidad.

Tampoco se sabía cómo reaccionaban las ballenas a estos supuestos ataques.

Pero ahora, por primera vez, científicos han registrado ataques de orcas a ballenas, específicamente a las jorobadas.

Los resultados fueron publicados en la revista Marine Mammal Science.

Y lo que es más: se ha descubierto que las ballenas no permanecen pasivas ante el ataque, más bien al contrario.

Se defienden de forma agresiva e incluso reclutan a otras para hacerles frente.

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Raros avistamientos

Las orcas se han ganado una reputación por atacar a ballenas del tipo misticeto (conocidas comúnmente como cetáceos barbados), entre las que se encuentran la ballena azul y la jorobada, entre otras.

Se han registrado intentos de ataques de orcas a casi todas las especies, incluidos cachalotes, una de las mayores ballenas dentadas.

Muchas ballenas tienen marcas de colmillos de orcas en sus aletas y colas, lo que sugiere que este tipo de ataques son comunes.

Pero con unas pocas excepciones, no se han documentado muchos ataques exitosos de orcas a ballenas.

Las ballenas jorobadas, por ejemplo, se encuentran entre las especies más estudiadas, ya que han sido observadas durante horas y horas en el mar abierto.

Y en ellas se han encontrado más marcas de dientes de orca que en ninguna otra especie.

Pero hasta ahora no había ningún registro científico de una orca matando a una jorobada.

Estudios recientes también revelaron la existencia de distintas poblaciones de orcas en todo el mundo, cada una de ellas con distintas formas de cazar.

Muchas de ellas no cazan ballenas.

Algunas especies, particularmente las que viven en el pacífico norte y la Antártica, solo se alimentan de pescado, mientras que otras solo cazan focas.

Pero ahora investigadores han podido observar la acción de cerca.

Presa fácil

Robert Pitman, un biólogo marino y sus colegas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos siguieron a orcas y ballenas jorobadas cerca de las costas occidentales de Australia.

Los científicos observaron 22 ataques distintos sobre jorobadas, 14 de ellos mortales.

Para poder investigar con más profundidad los científicos acoplaron un transmisor a una orca hembra, lo que les permitió usar satélites para monitorearla durante seis días.

A lo largo de este periodo su grupo atacó a ocho ballenas jorobadas. En los siete ataques en los que los científicos registraron el resultado final, las orcas mataron a las ballenas en tres ocasiones.

Esto sugiere que, para la población de orcas, este tipo de ballenas son una presa fácil y numerosa, aunque ataquen solo a animales jóvenes.

Pero la historia no acaba aquí.

Contraataque

Se cree que las jorobadas son una especie bastante pasiva pese a su gran tamaño.

El estudio de Pitman revela otra cosa.

Cuando se ven perseguidas por las orcas muchas especies de ballenas, como la azul, intentan escaparse nadando más rápido.

En algunas ocasiones también buscan protegerse cerca de arrecifes e incluso bajo los barcos de los investigadores.

Pero en otras ocasiones deciden contraatacar.

Guardaespaldas

A medida que las orcas se aproximan, las madres de ballenas jóvenes suelen apartar a las crías y soplar o incluso golpear a las orcas.

Lo que es más sorprendente, las jorobadas tienen incluso "guardaespaldas" que protegen a crías que no son suyas y se unen a la madre en su intento de contraatacar.

Estos "guardaespaldas" cargan contra las orcas o se interponen entre la cría y el atacante, usando sus aletas y colas.

A pesar de los esfuerzos de las madre y los guardaespaldas, las orcas suelen tener éxito con sus ataques, pero la presencia de esta "defensa" reduce sus posibilidades.

El estudio sugiere a los científicos que las orcas se congregan cada año en las costas de Australia para cazar crías de jorobadas.

Esta especie suele tener una sola cría cada dos años, por lo que cada pérdida es importante para la madre.

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