La Corte Internacional de Justicia de La Haya dictaminó que ni Serbia ni Croacia cometieron genocidio durante la guerra de los Balcanes en los 1990. Este es el veredicto sobre el caso de larga data en el que tanto Serbia como Croacia se acusaban entre sí de genocidio.
Los jueces de la CIJ dijeron que ninguna de las partes lograron sustanciar las alegaciones que presentaron en la corte y alentaron a ambos países a cooperar para asegurar la paz y la estabilidad en la región.
Croacia presentó primero el caso ante la corte de la ONU acusando a líderes serbios de estar "en negación" ante el asesinato o desplazamiento de grandes números de croatas en Vukovar, cerca de la frontera serbia en 1991.
Posteriormente, Serbia presentó una contrademanda indicando que 250.000 ciudadanos de origen serbio fueron forzados a huir cuando Croacia lanzó una operación militar para recuperar su territorio.
