El asesinato del opositor ruso Boris Nemtsov la noche del viernes en pleno centro de Moscú habría sido planeado al detalle, según afirmaron este sábado los investigadores rusos a cargo del caso, quienes tomaron en cuenta el arma empleada y el conocimiento que los autores tenían de los movimientos de su víctima.
De acuerdo a la agencia France Presse, el Comité de Investigación, encargado de las pesquisas, aseguró que "no hay duda de que el crimen fue meticulosamente planificado, así como el lugar elegido para el asesinato".
Todo apunta a que "el arma empleada es una pistola Makarov", un arma corta utilizada por las fuerzas de policía y el ejército ruso y por lo tanto muy extendida, añade el comunicado.
En el lugar de los hechos, los investigadores hallaron seis casquillos de una munición de calibre 9 mm, procedentes de fabricantes distintos, lo que complica más determinar su origen.
Boris Nemtsov iba con su pareja a su apartamento, cerca del lugar de los hechos. Es evidente que los organizadores y los autores de este crimen estaban al tanto de su trayecto.
"Boris Nemtsov iba con su pareja a su apartamento, cerca del lugar de los hechos. Es evidente que los organizadores y los autores de este crimen estaban al tanto de su trayecto", concluye el comité, encargado de investigar el caso.
Según el comunicado, los testigos del asesinato ya han sido interrogados por los investigadores.
Los países más influyentes de Europa -Alemania, Francia e Inglaterra- exigieron a Vladimir Putin una profunda investigación del crimen que garantice una investigación judicial independiente y con consecuencias legales.
El ruso, de 55 años, era una prominente figura de la política y alcanzó a ser viceprimer ministro de su país a fines de los 90, pero pese a ello tenía una conflictiva relación con el presidente Vladimir Putin, cuyo principal punto de enfrentamiento en el último tiempo era la relación del país con Ucrania.
Esta misma mañana Nemtsov había promocionado una masiva marcha que encabezaría el domingo en protesta por la forma en que el gobierno maneja la crisis económica del país y el conflicto con Ucrania.
Los opositores pretendían reunir al menos a 100.000 personas en Moscú para exigir al Kremlin que ponga fin a su participación en el conflicto armado en Ucrania.
