No importa la posesión
Chile dominó todo el partido pero no hizo peligrar en ningún momento la portería de Jasper Cillesen. De hecho, sólo remató directo al arco una sola vez en comparación a las ocho oportunidades que tuvo Holanda. Los 13 intentos de ataque que tuvieron los dirigidos por Louis Van Gaal terminaron en dos goles mientras que las siete llegadas de Chile terminaron en nada.
El gráfico muestra que Chile tuvo más la pelota, lo cual no significó que se tradujera en goles. El equipo de Sampaoli no fue efectivo. Incluso, corrió más que Holanda.
Está claro que la posesión no significó nada. De hecho, en el partido ante España, Chile fue superado en la tenencia del balón, pero se impuso 2-0.
Tampoco hubo superioridad en metros recorridos en el partido: Chile hizo 104.234 contra los 103.804.
Puntos bajos en el equipo
Ante España, Eduardo Vargas y Charles Aránguiz fueron los que marcaron los dos goles, pero en este partido se anotaron con la nota más baja. Aránguiz perdió muchos balones en el mediocampo que generaron contragolpes mientras que Vargas no ganó ningún balón ante los defensas holandeses. Sus números hablan por sí solos: un tiro al arco y seis pases.
¿Fue clave el árbitro?
Los hinchas y jugadores más que analizar el juego sin efectividad de Chile, centraron sus criticas en el árbitro Bakary Gassama (Gambia) a quien culparon de la derrota. Lo cierto es que Gassama cobró 39 faltas en total, 25 en contra de Holanda, y repartió dos amarillas. Está claro: Robben y compañía jugaron y hicieron muchos fouls, pero también cortaron todo el juego de Chile en el mediocampo. Los dirigidos de Sampaoli no fueron capaces de crear una jugada certera desde el fondo.
En el mapa de calor de la FIFA, se ve cómo Alexis Sánchez en el partido contra España se juntó más con sus compañeros para crear el juego desde el fondo:
En cambio, ante Holanda, Sánchez esperó que le llegara la pelota:
