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Qué se puede hacer y qué no en la legendaria "situation room" de la Casa Blanca

Qué se puede hacer y qué no en la legendaria "situation room" de la Casa Blanca
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Las revelaciones de una exasesora presidencial dan pie a entender la dinámica de funcionamiento de uno de los lugares más secretos de la Casa Blanca, donde Estados Unidos toma algunas de las decisiones más importantes.

La exasesora presidencial Omarosa Manigault Newman grabó en secreto una conversación que dice que tuvo lugar en la conocida en inglés como "situation room" (sala de crisis o situacional". Aquí te presentamos una guía de información privilegiada sobre este santuario de la Casa Blanca y explicamos por qué este incidente equivale a una violación del protocolo de seguridad.

En diciembre, el jefe de gabinete, John Kelly, se reunió con Manigault en la Sala Situacional y le dijo que su trabajo había terminado.

Manigault grabó secretamente la conversación y luego permitió que el audio se reprodujera en la televisión.

No está claro por qué Kelly la llevó a la Sala Situacional, un área reservada para reuniones de alto nivel de seguridad nacional.

Según informes, el jefe de gabinete había pedido a varias personas que le hablaran sobre posibles infracciones de seguridad de la entonces alta funcionaria, según el periódico digital Axios. Eso podría haber influido en la elección del lugar para reunirse con ella, pero sigue siendo inusual.

En una entrevista con el programa Today de la cadena televisiva NBC, Manigault defendió su decisión de revelar detalles sobre su conversación.

Dijo que no confiaba en que el presidente o sus ayudantes fueran a presentar una descripción precisa de su partida de la Casa Blanca, por lo que quería proporcionar pruebas de lo que dice que sucedió.

Sin embargo, su decisión de grabar su conversación con Kelly sin el consentimiento de este (y hacer pública la cinta) plantea cuestiones importantes.

Un bóveda "súper secreta"

Según antiguos funcionarios de la Casa Blanca y analistas de inteligencia, asuntos como este están estrechamente vinculados a la seguridad, la confianza y la integridad dentro de la Casa Blanca de Trump, así como a las prácticas de seguridad en la Sala Situacional.

Este espacio, que se estableció originalmente en 1961, es el lugar donde de forma regularse discuten los secretos mejor guardados de la nación.

Según Steven Aftergood, un miembro de la Federación de Científicos Estadounidenses que se especializa en secretos gubernamentales, es "el lugar más sensible del gobierno de Estados Unidos".

Y agrega: "Es el lugar donde se pueden controlar las fuerzas estadounidenses, incluidas las fuerzas nucleares, y es donde se pueden controlar las operaciones de inteligencia".

Sala Situacional.
Sala Situacional.

El expresidente Barack Obama supervisó el ataque al complejo de Osama bin Laden en Pakistán, en 2011, desde una silla dentro de la Sala Situacional, por ejemplo, un momento en la historia que fue capturado en una fotografía icónica.

Además de proporcionar un lugar seguro para que el presidente supervise las operaciones de inteligencia de alto riesgo, este espacio cuenta con una instalación de procesamiento para comunicaciones sensibles.

A todas horas, todos los días, un grupo rotativo de oficiales, miembros de los llamados "equipos de vigilancia", supervisan los eventos internacionales, según un informe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), para que puedan informar al presidente de ataques terroristas, guerras civiles u otros eventos significativos.

Dada la importancia de las actividades que tienen lugar dentro de la Sala Situacional, es fácil imaginarla como "una especie de bóveda súper secreta", dice David Priess, un exanalista de la CIA y autor del libro titulado El libro de secretos del presidente.

De hecho, la Sala Situacional, que en realidad es una colección de varias salas, parece un poco monótona y burocrática, según Priess y otros que asistieron a reuniones allí.

No se permiten celulares

El lugar se encuentra en el sótano del ala oeste de la Casa Blanca, y está ubicado justo al lado del comedor. Tiene un área de conferencias que puede albergar a un par de docenas de personas, y en ocasiones puede resultar un poco calurosa

Solo aquellos con autorizaciones de seguridad de alto nivel pueden ingresar a la zona. Estas personas deben ser antes examinadas por el servicio secreto de Estados Unidos. También se les debe proporcionar instrucciones sobre cómo comportarse tanto ahí como en otras áreas seguras de la Casa Blanca.

Nadie puede llevar sus teléfonos móviles o dispositivos electrónicos personales a la Sala Situacional: tienes que dejar el teléfono afuera en una pequeña caja o casillero del cual te dan la llave, según un exfuncionario de la administración Obama, Brett Bruen.

John Kelly y Donald Trump.
John Kelly y Donald Trump.

Las reglas que rigen el uso de teléfonos móviles y otros aspectos de la Sala Situacional están escritas con detalle en varios manuales.

Sin embargo, en el pasillo del sótano hay pocas protecciones mecanizadas o alarmas instaladas y la entrada al lugar parece más informal que las puertas de entrada a los aeropuertos.

"No hay una puerta física", dice Priess. Tampoco tienes que atravesar una cabina de detector de metales.

"No hay nadie que te revise, no te pasan la varita", agrega Bruen, usando un término coloquial para los detectores de metales de mano que usan los oficiales de seguridad.

En cambio, las reglas se aplican de manera informal por las personas que entran y salen de la sala y conocen los protocolos. Dice Priess: "Confías en la cultura de integridad que te rodea".

Un principio básico

La grabación clandestina de Manigault de su conversación en la Sala Situacional y la forma en que dio a conocer el audio sorprendieron a muchas personas en Washington.

Ella no reveló ninguna información clasificada y es posible que no haya infringido ninguna ley. Sin embargo, sí violó un principio básico de la Sala Situacional: habló sobre lo que sucedió dentro de sus paredes.

Pero Donald Trump fue electo como presidente en parte porque prometió sacudir las cosas y contrató a personas que tenían ambiciones similares.

Por esta razón, la transgresión de Manigault no causó una conmoción demasiado grande.

Como explica Priess: "Las normas e instituciones que se daban por sentadas fueron violadas por esta administración".

Las revelaciones de Manigault son solo el último ejemplo, dice Priess, de una Casa Blanca desordenada.

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