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El "robo del siglo" en México: cómo dos universitarios robaron más de 100 piezas arqueológicas

El "robo del siglo" en México: cómo dos universitarios robaron más de 100 piezas arqueológicas
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En la madrugada del 25 de diciembre de 1985, tuvo lugar el robo de patrimonio histórico más escandaloso de la historia reciente de México. Dos estudiantes robaron más de 140 piezas del Museo Nacional de Antropología. Ahora su historia es llevada al cine.

En lugar de celebrar la Navidad en familia, Carlos Perches y Ramón Sardina decidieron el 25 de diciembre de 1985 llevar a cabo uno de los robos más escandalosos de la historia reciente de México.

Los estudiantes de veterinaria, que por entonces tenían menos de 30 años, burlaron la seguridad del mundialmente famoso Museo Nacional de Antropología e Historia de Ciudad de México y sustrajeron más de 100 joyas arqueológicas.

Los jóvenes despistaron a las autoridades, que inicialmente manejaron la hipótesis de que un grupo de traficantes profesionales estaban detrás del robo.

Y el misterio sobre quiénes eran los culpables prevaleció hasta 1989, cuando fueron halladas las piezas de diferentes culturas prehispánicas, cuyo valor es "incalculable".

Este evento inaudito en la historia de México se convirtió además en una fijación para Manuel Alcalá, guionista y diseñador mexicano de 42 años, quien empezó a investigarlo hace más de una década.

Y el guion que escribió junto al cineasta Alonso Ruizpalacios, también mexicano, dio vida al largometraje "Museo", protagonizado por Gael García Bernal y que se estrena en los cines de México el 26 de octubre y en Los Ángeles un mes antes.

La película obtuvo además, en febrero pasado, el Oso de Plata al mejor guion de la Berlinale, el prestigioso festival internacional de cine de Berlín.

Dos jóvenes de Satélite

Aunque inspirada en los hechos reales, Alcalá aclara a BBC Mundo que hay muchos elementos de ficción en el filme.

No obstante, para escribirlo el guionista compiló entrevistas con allegados a Perches y Sardina y reportes de la época con el fin de reunir la mayor cantidad posible de información.

"Estos eran dos estudiantes de la Universidad Nacional que vivían en un suburbio a las afueras de Ciudad de México, una especie de sueño modernista llamado Satélite", cuenta Alcalá.

Lo que hicieron, sin embargo, fue calificado en su momento por la prensa como "el robo del siglo" y sigue figurando en los listados como uno de los grandes hurtos de arte del siglo XX.

Pero pese al escándalo que siguió a al desaparición de las piezas, el suceso perdió rápidamente relevancia ante otros eventos, como la celebración de la Copa Mundial de la FIFA en 1986.

"Creo que se perdió en el inconsciente colectivo de los mexicanos. Mucha gente de mi generación no lo recuerda", dice Alcalá.

Por los ductos de aire acondicionado

Cuando ocurrió el espectacular robo, Ciudad de México apenas se recuperaba de un terremoto que, tres meses antes, estremeció la capital y causó miles de muertes.

Y en la madrugada de la Nochebuena de 1985, los nueve vigilantes que custodiaban el museo no advirtieron a los intrusos que saltaron la cerca que rodea al edificio, cruzaron el jardín y entraron a la sala Maya a través de los ductos del aire acondicionado.

Una vez adentro, entre la 1:00 y las 4:00 de la madrugada, Perches y Sardina se hicieron con 140 artefactos de las colecciones maya, mexica y de Oaxaca, informaron por entonces medios locales citando un reporte de la Procuraduría General de la República (PGR).

Entre los objetos más significativos que sustrajeron estaban la máscara zapoteca del dios murciélago, artículos de la tumba del rey Pakal de Palenque y el escudo de Yanhuitlán, una importante pieza de orfebrería mixteca.

Las piezas no estaban aseguradas y el museo no contaba con un inventario completo de su acervo.

A 48 horas del hurto, los medios reportaron unrefuerzo de la seguridad en las carreteras del país para que las piezas no cruzaran las fronteras, así como la alerta de autoridades en Europa, uno de los principales mercados de contrabando de arte.

Uno de los trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Felipe Solís, declaró que "nadie" compraría las joyas robadas por la imposibilidad de exponerlas.

"Lo que nos han robadoes un pedazo de nuestra historia, no negociable y de un valor antropológico e histórico inestimable", dijo Solís, citado por el diario El País el 28 de diciembre de 1985.

Dentro de un clóset

Fue casi cuatro años después, el 9 de junio de 1989,que la policía encontró un bolso de lona en el clóset de la casa de Carlos Perches en el suburbio de Satélite.

Dentro había más de 100 de las joyas robadas, y las autoridades informaron posteriormente que el botín había permanecido en el armario durante un año entero tras el hurto.

"Después del robo, se fueron a Acapulco y se metieron en el negocio de vender drogas. Visitaron a un narco en la cárcel para venderle unas piezas y este los delató para que le rebajaran la condena", reconstruye Alcalá.

Perches fue arrestado junto a otros siete supuestos cómplices, pero Sardina se dio a la fuga y no ha aparecido en 33 años.

La inesperada recuperación de los objetos fue celebrada con una ceremonia liderada por el entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari, y estos fueron devueltos al museo en el mismo mes de junio.

Los investigadores del caso, citando la confesión de Perches, informaron que él y Sardina planificaron el asalto durante seis meses, y que visitaron la institución unas 50 veces para estudiarla, observar a los guardias y tomar fotos.

Un misterio sin resolver

Más de 30 años después, el largometraje recuerda un insólito acontecimiento que conmocionó a México y que arrojó cuestionamientos sobre la forma en que el gobierno federal preservaba el patrimonio nacional.

Pero lasrazones que impulsaron a Carlos Perches y Ramón Sardina a asaltar el museo siguen siendo un misterio.

Perches estuvo más de una década preso y fue asesinado tras su liberación.

Y en su intento por entenderlos, el guionista Manuel Alcalá volvió a Satélite y entrevistó a amigos de ambos e incluso al hermano de Perches, quien estuvo tres años preso tras ser acusado de ser cómplice del delito.

"Los amigos se contradecían.Algunos decían que lo hicieron por dinero, otros que querían conservar las piezas porque se sentían descendientes de Pakal. Otros hablaban de que había drogas involucradas", dice Alcalá.

Y ni el hermano de Carlos, Luis, ni otros familiares, quisieron compartir detalles de la historia, cuenta el guionista.

Tal vez algunos nuevos surjan luego del 26 de octubre, una vez que la película se haya estrenado en México.

 

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