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Los rescatistas que murieron casi al mismo tiempo por la "enfermedad del 11 de septiembre"

Los rescatistas que murieron casi al mismo tiempo por la "enfermedad del 11 de septiembre"
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Dos hombres que fueron llamados héroes por sus acciones durante los peores momentos tras los ataques en Nueva York, Thomas Phelan y Keith Young,, murieron debido a un cáncer que pudo tener su origen en sus actividades en aquellos días. Como ellos, otros rescatistas han padecido tos crónica, asma, cáncer y depresión tras aquel ataque.

Los bomberos estadounidenses Thomas Phelan y Keith Young murieron esta semana, separados apenas por un día, como resultado de un cáncer que ambos venían sufriendo en los últimos meses.

Sin embargo no son dos casos más en las estadísticas: Phelan y Young estuvieron en las principales acciones de rescate durante los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

Y aunque los nombres de los dos socorristas no serán añadidos a la lista oficial de las 2.977 víctimas fatales que dejó el ataque, entre los que se encuentran los 343 bomberos que llegaron ese día, su muerte es resultado de lo que ocurrió durante aquella mañana de septiembre.

De acuerdo al reporte de la Asociación de Bomberos Uniformados del Gran Nueva York (UFANYC, por sus siglas en inglés), ellos dos fueron la muerte número 172 y 173 de los voluntarios que atendieron la emergencia de aquel día.

BomberoThomas Phelan
BomberoThomas Phelan

En lo que va de 2018 ya han muerto siete de rescatistas a causa de lo que ellos han llamado "la enfermedad relacionada con el ataque del 11 de septiembre".

Paul Tokarski, quien estuvo también entre los escombros del World Trade Center aquella mañana trágica, murió de cáncer el pasado 10 de marzo.

Y la UFANYC anotó que estas no serán las últimas muertes.

De acuerdo a las cifras del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC por sus siglas en inglés), se estima que cerca de 400.000 personas estuvieron expuestas a contaminantes tóxicos o sufrieron algún tipo de trauma aquel día.

El presidente de la UFANYC le dijo a la BBC que uno de cada ocho bomberos que estuvieron en la llamada "Zona Cero" han sufrido de cáncer desde entonces.

Día trágico

Thomas Phelan no estaba trabajando ese día para el cuerpo bomberos de Nueva York, pero jugó un papel importante en su carrera en los años posteriores.

En ese momento trabajaba como piloto del ferri que conducía turistas entre Manhattan y la isla donde está ubicada la Estatua de la Libertad.

Poco después de que ambos aviones se estrellaran contras las dos torres, todo el transporte desde Manhattan fue cerrado: puentes, las principales rutas y los túneles fueron clausurados y muchas personas terminaron encerradas en este sector de la ciudad sin un plan efectivo de salida.

Lo que pasó después fue una evacuación masiva por bote que ocurrió en nueve horas: cerca de 500.000 personas fueron puestas a salvo en lo que se trató de la mayor evacuación de personas en la historia de la ciudad.

Phelan llevó a cientos de pasajeros desde Manhattan hasta Nueva Jersey en su bote, y de vuelta, transportaba socorristas y suministros muy cerca del lugar donde había ocurrido el ataque.

"Cuando todo el mundo intentaba huir, Phelan puso su bote al servicio de la evacuación. Y él nunca hablo de eso. Nunca sabremos en realidad todo lo que hizo aquel día", le dijo a la cadena NY1 un amigo del exbombero.

Muchos de los marineros que también apoyaron la evacuación han terminado con algún padecimientos.

En 2003 se unió al cuerpo de bomberos, en el que trabajó como piloto de uno de sus botes.

Hace dos meses a Phelan, de 45 años, le diagnosticaron cáncer de pulmón y murió el pasado 16 de marzo.

Este martes, durante su funeral, decenas de bomberos le rindieron honores por las calles de Brooklyn y recordaron que su "heroísmo había salvado a millones de vidas".

Los socorristas

Keith Young se unió al cuerpo de bomberos de Nueva York en 1998 y hacía parte de la unidad de Midwood, en Brooklyn, cuando ocurrieron los ataques.

Young trabajó durante los esfuerzos de rescate en la "Zona Cero" no solo ese 11 de septiembre, sino durante nueve meses más.

Aunque durante ese tiempo ninguno de los socorristas murió trabajando allí, la "Zona Cero" pronto comenzó a cobrar más víctimas relacionadas con el ataque.

Un año y dos meses después, Gary Celentani, un bombero que había estado en los días de la emergencia, se quitó la vida a causa del impacto que le causó la muerte de muchos de sus compañeros y amigos.

Y entonces muchos de ellos comenzaron a caer debido a un cáncer atribuido a los efectos de haber estado en el sitio donde cayeron las torres.

Young comenzó a sentirse mal en diciembre de 2015 y tuvo que ser operado para remover un tumor que estaba ubicado en su pelvis.

Después del tratamiento se retiró del cuerpo de bomberos, pero murió a los 53 años el pasado 17 de marzo.

"Siempre creyó en que habría un milagro y por eso luchó hasta el final. Fue un gran ser humano", escribió en su cuenta de Facebook su hija Kaley.

De acuerdo al CDC, unas 70.000 personas de las que ayudaron durante la emergencia del 11 de septiembre han solicitado ayuda médica.

Las principales enfermedades reportadas fueron tos crónica, asma, cáncer y depresión.

En enero de 2011, el proyecto Zadroga -llamada así por uno de los policías que atendió el ataque y murió de un cáncer pulmonar- se convirtió en ley y garantizó recursos cercanos a los US$3.000 millones para atender a socorristas inscritos más afectados.

El Comité de Salud Ocupacional de Nueva York informó que cerca de 6.000 de los rescatistas del 11 de septiembre ahora viven con cáncer, mientras que otros miles sufren de problemas respiratorios.

Dicho comité señaló que estas personas "sufrieron una exposición excesiva a los contaminantes derivado de los escombros del World Trade Center".

Foto tomada por el astronauta Frank Culbertson poco después del ataque a las Torres Gemelas
Foto tomada por el astronauta Frank Culbertson poco después del ataque a las Torres Gemelas

Gerard Fitzgerald, el vocero de la UFANYC, le dijo a la BBC que entre los 10.000 bomberos activos y los 6.000 que hay en retiro que atendieron el ataque a las Torres Gemelas, cerca de 2.000 tienen algún tipo de cáncer.

Y Fitzgerald teme que este número se incremente de manera sustancial en los próximos años. Entre las posibles causas enunciadas como motivo del cáncer podría ser la cantidad de exposición al asbesto que los rescatistas tuvieron, sin embargo, el cáncer que produce este material es poco probable que surja 15 años después.

"Somos la prueba viviente de los efectos de aquel ataque, de la sopa tóxica que estuvimos respirando durante meses", señaló Fitzgerald quien trabajó por más de 40 horas tras la caída de la segunda torre.

"Cada vez que muere algún compañero por esto piensas '¿seré el siguiente?, ¿está eso dentro de mí?' Pero no puedes vivir así", dijo.

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