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Caso NSU: diferido el juicio contra Zschäpe

Caso NSU: diferido el juicio contra Zschäpe
T13
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El juicio contra Beate Zschäpe, la única superviviente del grupo terrorista alemán Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), acusado de asesinar a diez personas entre 2000 y 2007, entró en su última fase este 19 de julio.

Este miércoles entró en su fase final el proceso contra Beate Zschäpe, la única superviviente del grupo terrorista neonazi alemán Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), al que se atribuye el asesinato de nueve pequeños empresarios de origen extranjero por motivos racistas y el homicidio de una agente policial de nacionalidad alemana, cometidos todos entre los años 2000 y 2007.

No obstante, el juicio se vio interrumpido varias veces y terminó siendo pospuesto hasta el próximo martes (25.7.2017).

Estaba pautado que la parte acusadora enunciara los alegatos en la audiencia de Múnich; se estimaba que, por sí solo, ese proceso duraría 22 horas.

Pero la lectura quedó interrumpida poco después de su apertura a petición de los abogados, que solicitaron varias pausas por cuestiones formales, y luego fue pospuesta por decisión de la cámara. El juicio contra Zschäpe se abrió en mayo de 2013; desde entonces han declarado 850 testigos y han sido presentados informes de 42 peritos.

Un proceso accidentado La causa se ha visto saboteada por las maniobras de la acusada, que llegó a repudiar a varios de sus abogados de oficio.

Algunos de sus representantes pidieron que se les liberase de su compromiso de defenderla. Zschäpe mantuvo durante los dos primeros años una actitud desafiante.

Más tarde rompió su silencio para pedir perdón y responsabilizar de los crímenes a sus compañeros. Pero la labor de la Justicia también ha sido obstaculizada por acciones y omisiones recurrentes de organismos del Estado alemán. Heiko Maas, ministro alemán de Justicia, se dirigió hace algunos meses a los allegados de las víctimas de la NSU para pedir perdón, en nombre del Estado alemán, por los "errores” en que se ha incurrido antes de conocerse la existencia de la célula terrorista y durante el lustro de investigaciones posteriores.

Por ejemplo: el posible respaldo directo o indirecto recibido por la NSU de funcionarios de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución –a cargo de vigilar las actividades extremistas en Alemania– no ha sido comprobado aún. Documentos que podían haber servido para despejar esa sospecha fueron destruidos.

La existencia de la NSU fue descubierta de manera fortuita en 2011, tras la muerte de los compañeros de la acusada, Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos, quienes se suicidaron en una furgoneta al saberse acorralados por la policía por otras fechorías.

Al enterarse de sus muertes, Zschäpe hizo volar por los aires la vivienda que compartía el trío y se entregó a las autoridades.

En la casa se incautó material inculpatorio, incluidos vídeos donde se detallaban las matanzas. Sospechas por confirmar Pequeños comerciantes –ocho turcos y un griego– fueron asesinados en distintos lugares de Alemania con la misma arma.

A los terroristas se les imputa también la orquestación de dos atentados con bombas y quince robos entre 1998 y 2011.

El hecho de que el grupo hubiera actuado impunemente durante años derivó en un escándalo. La confianza de muchos extranjeros y descendientes de inmigrantes en las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia germanos sufrió un duro golpe.

Y es que, hasta 2011, los investigadores dieron por sentado que los asesinatos de los inmigrantes eran ajustes de cuentas entre miembros de "mafias” extranjeras.

El trasfondo racista y xenófobo no había sido considerado. De hecho, más adelante, se sospechó que las fuerzas de seguridad habían encubierto sistemáticamente a la NSU.

Eso precipitó varias dimisiones y una reestructuración en los servicios secretos. Se espera que la sentencia de Zschäpe se demore aún algunos meses, entre las intervenciones de la fiscalía, la defensa y la acusación.

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