Las relaciones internacionales se han vuelto uno de los principaless focos de conflicto abiertos por Donald Trump en las menos de dos semanas que lleva como presidente en ejercicio de Estados Unidos.
Primero debió sortear la decisión del mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, de cancelar su visita oficial, luego que desde la Casa Blanca se anunciara la construcción del muro fronterizo y se asegurara que el costo recaerá sobre sus vecinos del sur.
Si bien al día siguiente de esa determinación tuvieron una conversación telefónica, en esta el magnate le habría dicho que "no necesito a los mexicanos" e, incluso, algunos medios aztecas informaron que habría deslizado la opción de utilizar tropas del ejército para hacer más efectivo el combate con el narcotráfico.
Este miércoles se filtraron detalles de la tirante llamada que sostuvo el sábado con el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull.
El Washington Post publicó que duró apenas 25 minutos de los 60 previstos, luego que la autoridad oceánica le comentara sobre la situación de los 1.250 refugiados que la administración de Barack Obama se había comprometido a recibir.
Cuando escuchen sobre las duras conversaciones telefónicas que estoy sosteniendo, no se preocupen. Son duras. Tenemos que serlo.
También le habría dicho que la conversación entre ambos fue "la peor de todas" las que ha tenido con distintos líderes mundiales hasta ahora.
Hoy, a través de Twitter, el presidente norteamericano calificó como "absurdo" el acuerdo entre Obama y Australia, al que se considera un centenario aliado de Estados Unidos, asegurando que lo someterá a estudio. Turnbull, en cambio, espera que se cumpla tal como estaba contemplado.
Sin entrar en detalles de estas charlas, Trump reconoció los términos en que se han realizado.
Esta mañana, en el "Desayuno Nacional de Oración", el tradicional evento que se realiza en Washington desde 1953 y que reúne a los parlamentarios de todos los espectros políticos, dijo que mantendría el tono de las conversaciones.
"Cuando escuchen sobre las duras conversaciones telefónicas que estoy sosteniendo, no se preocupen. Son duras. Tenemos que serlo. Es hora que lo seamos, amigos. Virtualmente, cada nación en el mundo se ha aprovechado de nosotros. No sucederá más", comentó durante su discurso.
El mundo está en problemas, pero lo vamos a enderezar. Es lo que vamos a hacer. Eso es lo que hago: arreglo las cosas.
En la ceremonia también utilizó conceptos casi mesiánicos para referirse al papel que busca asumir en la política global. "El mundo está en problemas, pero lo vamos a enderezar. Es lo que vamos a hacer. Eso es lo que hago: arreglo las cosas", aseguró.
Así las cosas, no existen atisbos de que Trump moderará su estilo.
A las comentadas llamadas telefónicas, se suma el conflicto que partió con Irán, después de que pusiera al país persa "sobre aviso", tras confirmar una prueba de misiles que desafió el acuerdo con la ONU.
De acuerdo al New York Times, desde Asia le respondieron que no se sentirá amenazados por "una personas inexperta".
Trump quiere enderezar el mundo, a su manera.
