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El chicle que llevó a la policía británica a mandar a la cárcel a un asesino 35 años después

El chicle que llevó a la policía británica a mandar a la cárcel a un asesino 35 años después
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Además de la goma de mascar, el caso pudo resolverse gracias a los avances científicos que, en la actualidad, permiten determinar el ADN de una persona años después y en circunstancias insólitas.

Corría el año de 1981. Augusto Pinochet era juramentado como presidente de Chile por un período más. El expresidente estadounidense Ronald Reagan recibía un disparo en el pecho.

MTV, el primer canal de televisión en transmitir videos musicales las 24 horas del día, salía al aire.

Y una mujer de 24 años que vivía en Birmingham, en el norte de Inglaterra, llamada Nova Welsh, desaparecía.

Nova Welsh murió cuando tenía 24 años.

El cadáver

El cuerpo sin vida de la mujer fue encontrado en un armario, en su propia casa, tres semanas después.
Se cree que Welsh murió en la madrugada del 27 de julio de ese año.

El cuerpo de la víctima fue descubierto en un armario.

Un examen post mortem reveló que falleció por la presión extrema con la que el asesino la agarró por el cuello.

Pero transcurrieron los años y no fue posible descubrir quién fue el responsable… hasta agosto del año pasado.

Tras la reapertura del caso, el culpable fue acusado de asesinato.

Chicle marrón

Esto se logró gracias a los avances científicos que, en la actualidad, permiten determinar el ADN de una persona años después y en circunstancias insólitas.

En medio del pánico del momento, cuando el asesino estaba tratando de esconder el cuerpo de Welsh en el armario, rompió la cerradura. No podía cerrar la puerta, así que se le ocurrió utilizar el chicle que tenía en la boca.

El ADN del responsable fue descubierto en una carta anónima que envió.

Debido al paso del tiempo, el chicle que los forenses analizaron había cambiado de color, estaba marrón y lleno de polvo.

Pese a eso, los especialistas encontraron el ADN del asesino.

¿Quién fue el culpable?

El responsable del crimen fue Osmond Bell, la pareja de Welsh y el padre de sus dos hijos, que en esa época tenían menos de seis años.

Los investigadores también descubrieron lo que describieron como una posibilidad de "una en mil millones".

Fue el ADN de Bell en una carta anónima que envió después de cometer el asesinato, responsabilizando a otra persona, para tratar de eliminar las sospechas que pudieran existir acerca de su participación en el crimen.

El hombre, que en la actualidad tiene 60 años, fue sentenciado a 12 años en prisión.

Bell fue sentenciado a 12 años en prisión.

Durante el juicio que acaba de concluir, el juez que presidió el caso, Patrick Thomas, afirmó que la causa del asesinato fueron los celos de Bell.

"Welsh había sido víctima de violencia doméstica, pero logró salir de ese círculo y trató de reconstruir su vida con un nuevo novio", dijo Thomas.

Y continuó: "Pero Bell no quería permitirlo. El asesinato tuvo lugar después de una pelea entre ambos en el apartamento en el que vivía la mujer".

La madre de la víctima, Lorna Welsh, dijo que ahora, tras la sentencia que recibió el asesino, su hija podrá descansar en paz.

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