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Lealtad y presiones, el detalle de las cinco reuniones clave entre Comey y Trump

Lealtad y presiones, el detalle de las cinco reuniones clave entre Comey y Trump
Felipe Hurtado
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El ex director del FBI se presentará hoy ante el Congreso de Estados Unidos, al que le reconocerá que el Presidente le pidió dejar de investigar a Michael Flynn y le insistió que informara que no lo estaba investigando por el caso Rusia.

James Comey, el ex director del FBI, se presentará este jueves frente al Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, al que le reconocerá que recibió presiones por parte del Presidente Donald Trump, para que dijera que este no era investigado en el caso de las reuniones entre su personal más cercano y autoridades rusas.

El agente, quien fue despedido por el mandatario el 9 de mayo, describirá durante la audiencia el detalle de cinco de sus nueve conversaciones con el inquilino de la Casa Blanca durante cuatro meses, tres de ella en persona y seis por teléfono. Como contraparte, agrega que con Barack Obama charló solo dos veces.

En ellas, Trump le exigió lealtad, le pidió que abandonara la investigación sobre el ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y le insistió en que hiciera público que el presidente no era sujeto de ninguna pesquisa.

A continuación, el relato de Comey acerca de los diálogos más importantes que, a su juicio, sostuvo con Trump en este período.

6 de enero: la primera vez

La primera vez que se reunieron fue en una sala de conferencias de la Torre Trump, en Nueva York. El objetivo era informarle al mandatario electo y su equipo se inteligencia sobre los esfuerzos de Rusia de interferir en las elecciones.

“Consideramos importantes, por varias razones, alertar al futuro Presidente sobre la existencia de este material (se refiere al supuesto informe sobre fiestas sexuales de Trump en un hotel en Moscú), aunque fuera lascivo y sin verificar”, dice el escrito.

La conversación fue a solas, “para minimizar avergonzar al Presidente electo”. Ahí le dejó en claro que no existía una investigación sobre él respecto de su “conducta personal”.

Esa primera charla fue documentada en un memo por Comey. A partir de ahí se convertiría en una práctica habitual, a diferencia de cómo operaba con Obama.

27 de enero: "Necesito lealtad, espero lealtad"

En principio, la invitación incluía a toda la familia de Comey, pero terminó siendo una cena entre los dos en el Salón Verde de la Casa Blanca. 

“Partió preguntándome si quería seguir como director del FBI, lo que me pareció extraño dado que en dos conversaciones previas me había dicho que esperaba que me quedara y le había dicho que esa era mi intención. Me dijo que mucha gente quería mi trabajo y, considerando el abuso al que había sido sometido el año anterior, él entendería si quisiera irme”, cuenta el ex agente.

“Le contesté que quería servir mis 10 años de servicio”, añade. También le dijo que podía confiar en que siempre le diría la verdad, que no tenía color político y su interés estaba en servir al Presidente.

Fue ahí cuando Trump le dijo: “Necesito lealtad, espero lealtad”. Después de eso, Comey describe que se produjo un incómodo silencio. Al final de la cena, de acuerdo al despedido director del FBI, el presidente reiteraría los conceptos anteriores: “Lo que quiere es honesta lealtad”.

“Eso tendrá de mí”, le contestó.

Al final de la jornada, se tocó el tema del reporte sobre las supuestas actividades sexuales del magnate en Moscú, las que negó e, incluso, le deslizó la posibilidad de iniciar una investigación al respecto. “Le contesté que debía darle una reflexión profunda, porque podría crear una narrativa de que lo estábamos investigando personalmente, lo que no era así”, recrea Comey.

Ambos quedaron en pensar sobre el asunto.

James Comey asegura que Trump le exigió lealtad

"Necesito lealtad. Espero lealtad". Esta fue la frase -seguida por un incómodo silencio- que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habría dicho al ex director del FBI, James Comey, en una cena que tuvieron una semana después de que el mandatario asumiera el cargo.

14 de febrero: "Dejar ir a Flynn"

Tras un informe sobre contraterrorismo en la Casa Blanca, que incluyó a otras personas, entre ellas el fiscal general Jeff Sessions y el asesor presidencial Jared Kushner, Trump pidió quedarse a solas con Comey.

“Quiero hablar sobre Mike Flynn”, le dijo en cuanto los demás dejaron la habitación.

Flynn había renunciado el día antes a su cargo de asesor de Seguridad Nacional, acosado por las conversaciones que sostuvo con el embajador ruso, Sergei Kislyak, y Trump parecía dispuesto a blindarlo.

“El Presidente comenzó diciéndome que Flynn no había hecho nada malo al hablar con los rusos, pero que debió dejarlo ir porque había engañado al Vicepresidente. Agregó que tenía otras preocupaciones sobre Flynn, las que no especificó”, relata el texto.

Tras eso, Trump le comentó: “Él (Flynn) es un buen tipo y ha pasado por bastante”.

Luego vino la frase que más parece involucrar al Presidente con una intromisión en una investigación federal. “Espero puedas ver un camino libre para dejar esto ir, dejar a Flynn ir. Es un buen tipo. Espero que puedas dejar esto”, dijo Trump, según Comey.

El ex director del FBI asegura que creyó que hacía referencia a abandonar una investigación sobre las conversaciones con el embajador ruso en diciembre, no sobre las conexiones del Kremlin con las elecciones en Estados Unidos.

Tampoco creyó conveniente acatar la solicitud ni tampoco informarla más allá de su círculo más cercano. “Decidimos que veríamos sobre la marcha cómo resolveríamos el tema”, cuenta.

30 de marzo: comienza la presión

“En la mañana del 30 de marzo, el Presidente me llamó al FBI. Describió la investigación sobre Rusia como una ‘nube’ que perjudicaba su habilidad de actuar en favor del país. Dijo que no tenía nada que ver con Rusia, que no se involucró con prostitutas en Rusia y que siempre asumió que estaba siendo grabado en Rusia. Me preguntó qué podíamos hacer para ‘levantar la nube’”, dice Comey.

Luego de eso, le preguntó sobre las audiencias en el Congreso sobre Rusia, donde la entonces cabeza del FBI reconoció una posible coordinación entre Rusia y miembros de su campaña, pero le dejó en claro que el Presidente no era sujeto de ninguna investigación.

“Tenemos que informar eso”, le habría pedido el inquilino de la Casa Blanca.

Comey no le respondió ahí lo que pensaba al respecto: que lo mejor no era hacer declaraciones públicas negándolo, para evitar que esa situación cambiara.

“Entonces me dijo que si había algún cercano que hubiese hecho algo mal, sería bueno saberlo, pero que él no había hecho nada mal y que esperaba que encontráramos la forma de decir que no lo estábamos investigando”, subraya.

Le contestó que vería qué podría hacer sobre el asunto.

Tras la charla, se comunicó con el fiscal Dana J. Boente, pues Sessions se había recusado en este tema. Le informó sobre la conversación con Trump y que quedaba a la espera de instrucciones. No volvió a saber de él en dos semanas.

11 de abril: "Esa cosa que tú sabes"

La última vez que Comey recibió una llamada de Trump fue la mañana del 11 de abril. Le preguntó qué había hecho sobre su solicitud de informar que no estaba siendo investigado, a lo que el agente le contestó que estaba a la espera de lo que le dijera Boente.

Entonces, el mandatario le insistió en que esta “nube” afectaba su trabajo y que quizás debería contactar, a través de su personal, al fiscal. Comey le aseguró que esa era el canal habitual para estas situaciones.

Trump le manifestó que así lo haría y entonces le agregó, “porque he sido muy leal hacia ti, muy leal; tenemos esa cosa que tú sabes”.

Comey dice que no le contestó ni le preguntó a qué se refería con "esa cosa que tú sabes".

“Esa fue la última vez que hablé con el Presidente Trump”, finaliza Comey. 

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