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El polémico campo de Río donde el golf volverá a ser olímpico

El polémico campo de Río donde el golf volverá a ser olímpico
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Más de un siglo ausente, este deporte regresa a los Juegos Olímpicos que se inician en un año, sobre un campo que enfrenta a autoridades y activistas que denuncian un crimen ambiental.

El golf es un deporte conocido por la elegancia, el apego a las reglas y el contacto con la naturaleza, pero su vuelta a los Juegos Olímpicos tras 112 años de ausencia ocurrirá en un polémico campo de Río de Janeiro que alarma a ambientalistas.

A un año exacto del inicio de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica, el terreno está en el centro de una disputa pública y legal entre la Alcaldía de Río que defiende el proyecto y activistas que afirman que constituye un crimen ambiental.

"El campo de golf está siendo construido en un área donde existían varios animales amenazados de extinción", dijo Marcello Mello, un biólogo vinculado a un movimiento opuesto a la obra, a BBC Mundo.

"¿Golf para quién", preguntan los activistas que se oponen a la construcción del campo en una zona exclusiva de Río.
"¿Golf para quién", preguntan los activistas que se oponen a la construcción del campo en una zona exclusiva de Río.

La Alcaldía rechazó las acusaciones de crimen ambiental, sostuvo que el campo fue escogido con criterios técnicos y aseguró que dejará un legado a la ciudad.

La controversia ocurre en paralelo a otras sobre cuestiones ambientales de la ciudad olímpica, por ejemplo por la contaminación de la bahía de Guanabara donde habrá competencias de vela.

Pero el pulso por el campo de golf incluye denuncias de lucro excesivo para la empresa que realiza la obra y tiene un significado especial en una ciudad como Río, con tanta desigualdad social y donde ese deporte es apenas de élite.

"Daños irreversibles"

El campo de golf olímpico está en Barra da Tijuca, una zona acomodada al oeste de Río que muchos comparan con Miami por sus playas, edificios modernos y concentración de shopping centers.

El terreno donde se espera que lleguen algunos de los mejores golfistas del mundo dista nueve kilómetros de la Villa de los Atletas, construida para alojar a los deportistas de Río 2016, y próxima al parque olímpico.

El área está regulada por normas urbanísticas que fueron flexibilizadas por la ciudad para atraer inversores privados al proyecto de golf, que ocupa una superficie de 970.000 metros cuadrados próxima al mar.

Pero lo que más irritó a los ambientalistas fue para que, con el aval de la Alcaldía, la obra retiró 58.500 metros cuadrados del Parque Natural de Marapendi, que resguarda ecosistemas nativos.

Además de pinos y jacarandás centenarios, esa reserva de manglares y lagunas alberga especies en peligro de extinción como la mariposa de playa o la lagartija blanca de playa.

"Por ley era un área de protección ambiental", sostuvo Mello, que integra un colectivo llamado "¿Golf para quién?".

Aseguró que "la degradación va a causar daños irreversibles" y recordó que Río ya tenía otros dos campos de golf disponibles.

Los activistas promovieron acciones legales para detener la construcción del campo diseñado por el arquitecto Gil Hanse, pero no lo lograron.

El Ministerio Público de Río abrió una investigación solicitada por el movimiento para "verificar si el beneficio concedido al particular fue excesivo comparado a la contrapartida exigida por el municipio, lo que generaría daño al erario".

Eduardo Paes: el alcalde de Río ha rechazado las críticas a la construcción de un nuevo campo de golf en la ciudad.
Eduardo Paes: el alcalde de Río ha rechazado las críticas a la construcción de un nuevo campo de golf en la ciudad.

Según la Alcaldía, el campo se hará sin dinero público, a un costo de 60 millones de reales (unos US$17 millones al cambio actual), pero los activistas sostienen que las ganancias para los constructores privados serán hasta 16 veces esa cantidad.

Y señalan que el propietario del terreno tiene una sociedad con Cyrela, una empresa que tiene condominios de lujo enfrente al campo y que donó dinero para la campaña electoral del alcalde Eduardo Paes en 2012.

"No hubo lobby"

Paes ha respondido a las críticas diciendo que la relación de la Alcaldía es sólo con el dueño del terreno y que en Brasil es legal que un candidato reciba dinero de corporaciones privadas.

También ha señalado que el hecho de que los proyectos para los Juegos Olímpicos sean financiados por dinero privado permite a la ciudad invertir en educación o salud.

Según el alcalde, la autorización para construir un campo de golf en la zona fue previa a la elección de Río como sede de los Juegos Olímpicos 2016.

"No hubo lobby o conspiración", aseguró Paes recientemente.

En una respuesta pública de 276 páginas a las críticas, la Alcaldía afirmó que el nuevo campo fue aprobado por la Federación Internacional de Golf y el Comité Organizador de los Juegos de Río 2016, que consideraron inadecuados los otros dos que había.

Y señaló que será el primer campo de golf público de la ciudad, ya que por 20 años cualquiera podrá jugar en él sin ser socio de un club.

Respecto a las críticas ambientales, la Alcaldía sostuvo que el terreno ya había sido degradado por actividades ilegales y ahora será recuperado con la plantación de 625 mil mudas de vegetación nativa de restinga.

Sin embargo, el proyecto para el nuevo campo de golf generó reparos de técnicos dentro de la propia secretaría de Medio Ambiente de Río, informó un funcionario de esa oficina municipal que pidió el anonimato por razones "de vínculo profesional".

"Fueron varios técnicos que estuvieron en contra: biólogos, ingenieros forestales", dijo.

BBC Mundo intentó conocer la posición oficial de esa secretaría, pero hasta la publicación de este artículo no tuvo respuesta a la solicitud.

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