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¿Enfrenta Grecia el riesgo de un "corralito" estilo argentino?

¿Enfrenta Grecia el riesgo de un "corralito" estilo argentino?
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Para entender lo que pasa en Atenas en 2015 sirve recordar lo que fue Buenos Aires en 2001, advierten expertos.

¿Se terminará pareciendo Atenas en 2015 a lo que fue Buenos Aires en 2001?

"Es muy probable que Grecia enfrente una situación parecida al 'corralito' de Argentina", le dice sin rodeos a BBC Mundo Carmen Reinhart, profesora de la Universidad de Harvard y una reconocida experta mundial en el estudio de crisis financieras.

Eso es lo que piensan muchos analistas que puede pasar, dadas las dificultades que enfrentan Grecia y sus acreedores para llegar a un acuerdo sobre como desactivar la crisis de la deuda en ese país.

Uno de los efectos temidos es un derrumbe del sistema financiero como el que experimentó Argentina hace casi 15 años, en donde la gente vio bloqueados los ahorros que tenía en los bancos, en el tristemente célebre "corralito".

El próximo martes se vence el plazo para que Atenas pague US$1.800 millones al Fondo Monetario Internacional y evite su salida de la moneda común europea.

Apenas esta semana el ex Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Larry Summers, advertía en el diario británico Financial Times que Grecia corría el riesgo de convertirse en un "estado fallido" de colapsar las negociaciones de la deuda.

El recuerdo del corralito

Tal vez sin llegar a los extremos de pesimismo de Summers, los analistas advierten que para entender a Grecia hoy, hay que mirar a Argentina en 2001.

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Hacia finales de ese año, las autoridades argentinas decidieron que no podían mantener la "convertibilidad", un mecanismo monetario por el que prometían mantener el precio del peso al mismo nivel que el del dólar.

Pero con déficits crecientes, una enorme deuda y desconfianza del público en las instituciones, los dólares estaban empezando a escasear.

Los argentinos empezaron a asumir que, al volverse insostenible la situación, el gobierno devaluaría fuertemente la moneda nacional, y por lo tanto, empezaron a retirar masivamente de los bancos sus ahorros en pesos, con la esperanza de convertirlos a dólares y así proteger su valor.

Con la economía y el sistema financiero derrumbándose, el 1 de diciembre de 2001 el gobierno del entonces presidente Fernando de la Rúa impuso el llamado "corralito".

Un decreto anunció que el lunes siguiente, cuando abrieran los bancos, los ciudadanos solo podrían retirar de los bancos hasta 250 pesos a la semana.

De un momento a otro, familias de clase media se vieron sin acceso a sus ahorros de toda la vida y con dificultades para pagar el mercado semanal de sus casas.

El estallido social obligó a De la Rúa a renunciar tres semanas después, el 20 de diciembre.

Y luego de tres presidentes que duraron apenas días en el cargo, en enero de 2002 asumió Eduardo Duhalde, quien procedió a la devaluación masiva del peso que todos esperaban.

Crisis de confianza

Síntomas similares se perciben en Grecia.

Muchos griegos han concluido que el gobierno, incapaz de pagar sus deudas, se verá expulsado del euro y tendrá que regresar al dracma, su antigua moneda nacional, que valdrá mucho menos que el euro.

Y temen que si dejan sus ahorros en bancos griegos, en pocas semanas los verán convertidos en depreciados dracmas.

Y ante eso, no son pocos los que optan por sacar los euros del banco y guardarlos bajo el colchón.

"Ha ocurrido una muy extendida pérdida de confianza en el público, que se manifiesta no solo en el retiro de depósitos bancarios, que ha escalado significativamente, sino también se evidencia en el no pago de préstamos y tarjetas de crédito", le dice Carmen Reinhart a BBC Mundo.

"La gente está acaparando euros. Si usted cree que en un par de meses va a haber dracmas en vez de euros, usted intentará proteger sus ahorros. Parte de eso se traduce en que la gente no paga sus deudas actuales en euros", indica la académica de Harvard.

Como en Chipre

"La mayoría de los préstamos y cuentas de tarjetas de crédito en los bancos griegos están en mora. Eso combinado con los retiros de los depósitos por los ahorradores, crea una situación que no es sostenible", asegura la investigadora.

"Ya sea que la respuesta tome la forma exacta del corralito, o una variación de ese mecanismo, las probabilidades que eso ocurra son muy altas", le dice Reinhart a BBC Mundo.

El escenario que podría ocurrir entonces, sería que a la par que el gobierno de Atenas se prepara para dejar el euro, declararía un festivo bancario, efectivamente congelando la salida de fondos de los bancos.

"Lo vimos en Chipre, en Islandia, la declaración de festivos bancarios no es extraña en esta clase de situaciones".

Mejor temprano que tarde

La amarga experiencia argentina con el "corralito" deja lecciones para Grecia.

"Si lo va a hacer, es mejor hacerlo más temprano que tarde. Cada día que pase se tiene un sistema financiero más y más débil", alega Reinhart.

Según algunos estimativos los retiros bancarios en Grecia han llegado a 1.000 millones diarios.

Pero por supuesto, están las diferencias entre los dos países.

"Argentina, pese a que estaba muy dolarizada en 2001, tenía una moneda propia, cosa que no ocurre con Grecia hoy. Los aspectos logísticos de regresar al dracma son más complicados para Grecia", dice la experta a BBC Mundo.

El día después

Nadie sabe cuál será el efecto económico, político o social de un eventual "corralito" en la nación europea.

En Argentina, junto con el "corralito" y la devaluación, las autoridades declararon la mayor suspensión de pagos en la historia, de US$102 mil millones y vivieron una fuerte recesión.

Pero sin el yugo de la deuda, y con una moneda devaluada que hizo más competitivas sus exportaciones, empezó una recuperación.

Algunos griegos podrían esperar que algo similar si salen del euro, una moneda que no controlan, y se liberan de una deuda virtualmente impagable.

En lo que casi todos están de acuerdo es que la situación actual en Atenas se ve insostenible.

Tal como se sentía en Buenos Aires ese diciembre de 2001.

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