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EE.UU. y Rusia reanudarán diálogo sobre Siria

EE.UU. y Rusia reanudarán diálogo sobre Siria
T13
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Vladimir Putin quiere que su aliado Bashar al Asad vuelva al centro del tablero en la cuestión siria.

El presidente ruso, Vladimir Putin, que quiere que su aliado Bashar al Asad vuelva al centro del tablero en la cuestión siria, se encontrará el lunes en Nueva York con Barack Obama por primera vez en más de dos años.

El activismo ruso, diplomático y militar, parece que comienza a funcionar. Varias capitales, entre ellas Berlín y Ankara, han expresado públicamente en estas últimas 24 horas su intención de implicar al presidente sirio en la búsqueda de una solución al conflicto.

Moscú y Washington pueden encontrar "ámbitos de cooperación" en Siria, si Rusia, que reforzó su presencia militar en el terreno, no se limita únicamente a defender a Asad, estimó el jueves el secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter.

Los presidentes estadounidense y ruso, cuyas relaciones son frías a raíz del conflicto en Ucrania, celebrarán su primer encuentro oficial desde junio de 2013.

Desde hace una semana, el creciente apoyo de Rusia a su aliado sirio, especialmente militar según Washington y la OTAN, genera preocupación y perplejidad en los países occidentales.

Durante una entrevista al presidente ruso en la cadena pública estadounidense CBS, cuya emisión tendrá lugar el domingo, el periodista Charlie Rose sugirió que la intervención militar rusa fue diseñada para "rescatar" a Asad, a lo que Putin respondió: "Bueno, tienes razón".

"No hay otra solución a la crisis siria más que reforzar la efectividad de las estructuras de gobierno y ayudar a la lucha contra el terrorismo, pero al mismo tiempo instándoles a participar en un diálogo positivo con una oposición racional y llevar a cabo una reforma", sostuvo Putin, según una extracto de la entrevista difundido este jueves.   

En vísperas de la Asamblea General anual de Naciones Unidas en Nueva York, en la que Siria será uno de los temas principales, Rusia aumentó la presión al anunciar maniobras militares navales de "rutina" en el este del Mediterráneo.

Esa ayuda militar va a la par de una ofensiva diplomática de Putin, que exhortará en Nueva York a formar una gran coalición internacional contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que incluya al régimen de Asad, al que Rusia aporta un respaldo sin fallas desde el comienzo de la guerra, en 2011.

Esas acciones militares y políticas obligan a los países occidentales, divididos e impotentes ante la tragedia siria, a tratar de encontrar una posición común.

Reino Unido, Francia y la OTAN manifestaron el jueves su "preocupación" por el reciente refuerzo de las capacidades militares rusas en Siria.

No obstante, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, se mostró favorable al diálogo entre Moscú y Washington para luchar contra el EI.

¿Asad frecuentable nuevamente? 

El canciller francés, Laurent Fabius, reunió el jueves por la tarde en París a sus homólogos británico, Philip Hammond, y alemán, Frank Walter Steinmeier, y a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en una cena de trabajo consagrada a Siria.

"La idea es clarificar las posiciones, saber qué piensan unos y otros sobre una transición política en Siria, hacer que surja una posición europea común antes de la Asamblea General de la ONU", indicaron fuentes diplomáticas francesas antes de la reunión.

Ese encuentro tuvo lugar al día siguiente de las declaraciones de la canciller alemana, Angela Merkel, quien estimó que hay que hablar con Asad para solucionar la crisis siria, pero también "con otros" como Rusia e Irán, aliados de Damasco.

Incluso el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, hostil al régimen sirio, también admitió el jueves que Asad podría participar en un período de transición.

"Bashar al Asad no puede representar el futuro de un pueblo y de un país, a los que ha martirizado", reiteró el jueves el canciller francés, si bien ya no exige la marcha del presidente sirio para iniciar una negociación política.

Washington y Londres tampoco lo exigen ya. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y Philip Hammond estimaron a mediados de septiembre que Asad tiene que irse, pero que el calendario es "negociable".

Y, en una conversación telefónica, Obama y el primer ministro británico, David Cameron, reiteraron la necesidad de una "transición política para poner fin al conflicto", según Londres.

"Estamos ante un tal callejón sin salida que es evidente que los occidentales tienen, de manera más o menos asumida, la voluntad de salir de él por cualquier medio, incluyendo la rehabilitación de Asad", estima Myriam Benraad, investigadora del Centro francés de Investigaciones Internacionales (CERI).

No obstante, Benraad, al igual que otros expertos, considera que rehabilitar al presidente sirio es "un error" y no solucionará ni los problemas de los refugiados ni la amenaza de atentados yihadistas en Europa.

Damasco se congratula por esa evolución. Busaina Chaabane, consejera de Asad, declaró incluso que "el clima internacional actual se dirige hacia la distensión y hacia la resolución de la crisis siria".

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