La capital argentina amaneció este martes con el transporte público totalmente paralizado, sin actividad aérea ni portuaria, y con cortes de rutas en los principales accesos a la ciudad por una huelga de 24 horas en demanda de la reducción de un impuesto a los salarios.
Esta es la cuarta medida de fuerza durante el gobierno de la presidenta Cristina Kirchner, quien asumió el poder en 2007 y finaliza su segundo mandato a fin de año.
Sólo automóviles circulan por Buenos Aires desde el inicio esta medianoche de la protesta de transportistas y sindicatos opositores, que afecta a buses de pasajeros urbanos y de larga distancia, el metro capitalino y los ferrocarriles.
La estación terminal de Constitución, por donde llegan a diario centenares de miles de pasajeros provenientes de la periferia sur, se encontraba la mañana del martes con las rejas cerradas y sin movimiento, constató la AFP.
Partidos y agrupaciones de izquierda, que se sumaron a la huelga pero se diferencian de la convocatoria realizada por los sindicatos, cortan con piquetes en diferentes sitios los principales accesos desde la periferia a Buenos Aires.
"Hubiera trabajado el 95% de la gente, pero no pueden porque no tienen con qué viajar", se lamentó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en declaraciones a la prensa al llegar a la Casa de Gobierno.
Un tendal de residuos en la ciudad deja en evidencia la falta de recolección de basura por el paro de camioneros, que también suspendió el expendio de combustible y de mercancías en todo el país. Se plegaron además al paro sectores de médicos, bancarios y gastronómicos, entre otros.
Los sindicatos rechazan el impuesto a las ganancias que grava los salarios en escala progresiva, pero que alcanza a un universo cada vez mayor de trabajadores al permanecer invariables las escalas mínimas.
Según el ministro de Economía, Axel Kicillof, el gravamen no se modificará porque "afecta a la minoría que más gana", unos 850.000 trabajadores sobre una fuerza laboral de 11 millones de asalariados, según estimaciones oficiales.
El impuesto se aplica sobre los salarios desde 15.000 pesos (unos 1.700 dólares) en escalas progresivas que llegan al 35%.
