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La política de refugiados de Merkel en la mira

La política de refugiados de Merkel en la mira
T13
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Tras los recientes ataques, los populistas de la AfD claman contra la política de refugiados de Merkel.

Tras los ataques de Wurzburgo, Múnich y Ansbach, los populistas de derechas del partido AfD claman contra la política de refugiados de Merkel. De momento, el Gobierno alemán no entra en este debate.

Las banderas del Reichstag, el edificio berlinés en el que se reúne el Parlamento alemán, ya no ondeaban este lunes a media asta. Pero el país aún está conmocionado por los hechos violentos ocurridos en el curso de pocos días, en los que hubo víctimas mortales y heridos. El domingo, un hombre hizo estallar una bomba cerca del festival de música de Ansbach, resultando muerto el propio atacante e hiriendo a 15 personas. Lo ocurrido en Ansbach sucede a la masacre en un centro comercial de Múnich el pasado viernes y al ataque con hacha en un tren de Wurzburgo el pasado 18 de julio.

El Estado Islámico reivindicó las acciones de Ansbach y Wurzburgo. Los presuntos autores eran refugiados de Siria y Afganistán, respectivamente, mientras que el atacante de Múnich era un alemán de origen iraní.

Voces críticas culpan a la política de refugiados de Merkel

En Alemania, hay una brecha cada vez más profunda entre quienes apoyan la decisión tomada por Merkel hace un año de abrir las fronteras del país a los migrantes y quienes piden endurecer las leyes de asilo. Entre estos últimos, se encuentra el partido populista de derechas AfD, Alternativa para Alemania, que se ha posicionado claramente contra los migrantes y el islam. Su presidenta, Frauke Petry, arremetió en su página de Facebook contra la política de refugiados de Merkel: "¿Ahora ya sí le parece Alemania lo bastante diversa a la señora Merkel?" Muchos de sus compañeros de partido publican comentarios parecidos.

La canciller se dirigió a la opinión pública tras la masacre cometida por el atacante de Múnich el pasado viernes y prometió hacer todo lo posible para garantizar la seguridad y la libertad de las personas. "Es difícil soportar una tarde y una noche como las de hoy", dijo Merkel. "Y es aún más difícil después de tantas malas noticias en el curso de pocos días", aseguró. La portavoz del Gobierno alemán, Ulrike Demmer, no quiso especular sobre si los recientes acontecimientos influirán en la política de refugiados de Merkel. Según Demmer, la canciller está conmocionada. "Hay que esperar los resultados de las investigaciones", agregó Demmer, que además aseguró que el Gobierno se toma muy en serio todos y cada uno de los casos.

Leyes de asilo ya endurecidas

El debate llega en un punto en el que Alemania ya ha endurecido sus leyes de asilo para reducir el número de refugiados. A principios de este mes, el Parlamento aprobó una nueva ley de integración que debiera servir para facilitar el acceso de los refugiados al mercado laboral. Pero es una ley que, al mismo tiempo, amenaza con limitarles las prestaciones y denegarles el permiso de residencia si rechazan integrarse en la sociedad alemana, por ejemplo, negándose a tomar parte en los cursos de integración. Berlín también lideró la iniciativa en Europa en lo referente al controvertido acuerdo sobre refugiados con Turquía, por el que los migrantes que llegan ilegalmente a Europa pueden ser devueltos desde Grecia hasta Turquía.

A cambio, los países europeos se comprometían a acoger a refugiados sirios ya ubicados en Turquía. Alemania también ha presionado a Gobiernos norteafricanos, como los de Túnez y Marruecos, para que acojan de vuelta a sus ciudadanos cuando a estos se les deniegue el asilo. Además, el Gobierno alemán quiere clasificar a Túnez, Marruecos y Argelia entre los "países de origen seguros".

Actualmente, se trabaja sobre una nueva ley para acelerar los procesos de asilo de migrantes procedentes de estos países, para que puedan ser deportados más rápidamente si se les deniega el asilo. Aún debe ser aprobada por el Bundesrat (el Consejo Federal alemán), donde encuentra una fuerte oposición por parte del partido verde.

Todas estas medidas parecen funcionar. La cifra de los migrantes que llegaron a Alemania en 2016 ha disminuido drásticamente. En abril, mayo y junio rondaba los 16.000 al mes, cuatro quintos menos que a comienzos de este año. En este mismo tiempo, los estados federados alemanes han aumentado la cifra de devoluciones. Algunos, como Sajonia, han multiplicado por cuatro la cifra de deportaciones respecto al año pasado. 

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