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La respuesta de Islandia al fenómeno que impulsa a políticos como Donald Trump

La respuesta de Islandia al fenómeno que impulsa a políticos como Donald Trump
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El descontento con los políticos tradicionales que explica el éxito de la candidatura de Donald Trump también se ha hecho sentir en uno de los países más equitativos del mundo: Islandia. Ahí, a pocos días de las elecciones, ahí el Partido Pirata, que encabeza las encuestas promete un cambio radical.

Con solo 320.000 habitantes y uno de los parlamentos más antiguos del mundo, Islandia también es una de las naciones más equitativas y con mejor calidad de vida del planeta.

Pero el descontento con los políticos tradicionales -que explica, por ejemplo, la exitosa candidatura de Donald J. Trump a la presidencia de EE.UU.- también se ha hecho sentir en esta tierras de vikingos.

La prueba: el partido que lidera las encuestas de cara a las elecciones que se celebrarán el próximo sábado 29 de octubre ni siquiera existía hace cuatro años.

Aunque con un discurso que hace énfasis en el respeto a los derechos civiles -incluyendo el de la libertad religiosa- el Partido Pirata islandés parece estar en las antípodas del candidato republicano.

Los piratas islandeses han logrado capitalizar el descontento causado por la crisis financiera y los llamados "Papeles de Panamá".
Los piratas islandeses han logrado capitalizar el descontento causado por la crisis financiera y los llamados "Papeles de Panamá".

"Puede que sus simpatizantes coincidan en la idea de que los políticos tradicionales son eminentemente corruptos", señala Ragnheiður Kristjánsdóttir, profesora de historia política de la Universidad de Reikiavik.

"Pero una mejor comparación es con el movimiento Occupy, (el precandidato demócrata) Bernie Sanders o (el líder laborista británico) Jeremy Corbyn", le dice a BBC Mundo.

La bandera pirata

El Piratar, sin embargo, no se concibe ni se presenta a sí mismo como un partido de izquierda.

Y el cambio que busca esta "colección de anarquistas, hackers, libertarios y geeks de internet", como los describió en un reciente reportaje el diario estadounidense The Washington Post, ciertamente no se puede resumir en términos de izquierda y derecha.

El Partido Pirata ha sido descrito como un movimiento de activistas, poetas y hackers.
El Partido Pirata ha sido descrito como un movimiento de activistas, poetas y hackers.

Efectivamente, como sucede con todos los Partidos Piratas del mundo -en la actualidad ya más de 60, según los piratas islandeses- el Piratar islandés está inspirado en el Piratpartiet sueco.

Este último fue fundado en 2006 por Richard Falkvinge con la reforma de las leyes de propiedad intelectual en como bandera y el sueño de una internet libre como posibilitadora de mayor y mejor democracia.

Y, para los piratas islandeses, eso significa una democracia directa.

El primer partido pirata fue fundado en Suecia en 2006.
El primer partido pirata fue fundado en Suecia en 2006.

"Cada uno (de los Partidos Pirata) tiene sus propias políticas y prioridades, pero todos están unidos por su llamado a proteger y ampliar los derechos civiles, incluyendo la libre expresión y el derecho a la privacidad", explica el Piratar en su página web.

Y su manifiesto para estas elecciones incluye la adopción de una nueva Constitución, una distribución más justa de las riquezas generadas por los recursos naturales y la gratuidad del sistema de salud.

Pero lo que los define mejor es la forma en la que quieren que funcione el gobierno.

"Democracia directa"

"El sistema de votación en línea es el principal método principal con el que los piratas resuelven sus diferencias y llegan a un consenso sobre políticas", se explica en piratar.is.

Y la propuesta del Partido Pirata islandés es llevar esta forma de decidir al país entero.

Los piratas proponen una nueva Constitución para Islandia.
Los piratas proponen una nueva Constitución para Islandia.

"La gente quiere cambios de verdad y entiende que tenemos que cambiar el sistema, tenemos que modernizar cómo hacemos las leyes", le explicó su cabeza de lista, Birgitta Jónsdóttir, al The Washington Post.

Y, como explica el diario, la propuesta de cambio es evidente incluso en la apariencia de su líder: una mujer de pelo oscuro y uñas pintadas de negro "en un país en el que la política ha sido tradicionalmente dominada por hombre rubios y barrigones".

De hecho, la posible futura primera ministra de Islandia adorna su computadora con una calcomanía que dice "aparatado monitoreado por la Agencia de Seguridad de EE.UU." y ha dicho que uno de los méritos de su partido es que no se toma el poder en serio.

Si las encuestas ciertan, Birgitta Jónsdóttir podría ser la próxima Primera Ministra de Islandia.
Si las encuestas ciertan, Birgitta Jónsdóttir podría ser la próxima Primera Ministra de Islandia.

"Su principal atractivo es que prometen una forma de hacer política diferente", resume Kristjánsdóttir.

"Pero la gente en realidad no sabe cuál es su posición en muchos temas", le dice a BBC Mundo.

¿Buena idea?

Para la experta, las experiencias recientes del Brexit y el "No" a los acuerdos de paz de Colombia sugieren sin embargo que una gestión política basada en referendos no es necesariamente una buena idea.

Ni siquiera en un país tan pequeño como Islandia.

Islandia es pequeña, pero está acostumbrada a golpear por encima de su propio peso y causar sorpresas.
Islandia es pequeña, pero está acostumbrada a golpear por encima de su propio peso y causar sorpresas.

"La gente necesita entender realmente sobre qué está votando", explica Kristjánsdóttir.

"Y es verdad que somos poquísimos, pero lograr que 300.000 deliberen también es bastante complicado. Es mejor que debatan 63", agrega, en referencia al tamaño del Althingi, como se conoce al parlamento islandés.

En alas de la indignación

Este pueblo descendiente de los vikingos, sin embargo, ya había empezado a presionar por una democracia más directa incluso antes de la crisis financiera de 2008, que aceleró la demanda por reformas en el país.

La crisis financiera sacó a los islandeses a calles y plazas.
La crisis financiera sacó a los islandeses a calles y plazas.

"Antes de eso Islandia en realidad no tenía una tradición establecida de manifestaciones y mítines", dice Kristjánsdóttir de la llamada "revolución de las cacerolas" provocada por el colapso de los bancos.

Y fue también la indignación popular la que forzó la renuncia del primer ministro Sigmundur Gunnlaugsson en junio de este año, por cuenta del escándalo de los Panamá Papers.

Ese clima de descontento ya les había permitido a los piratas islandeses convertirse en los primeros de todo el movimiento pirata en ser electos a un parlamento nacional, en 2013.

Y, si las encuestas aciertan, el Piratar también podría convertirse en el primer Partido Pirata del mundo en formar gobierno, aunque todo indica que como parte de una coalición.

El Piratar marcha a la cabeza en las encuestas.
El Piratar marcha a la cabeza en las encuestas.

Efectivamente, su 21,6% de intención de voto los pone levemente por delante del gobernante Partido de la Independencia (20,6%).

Y, según Kristjánsdóttir, el Partido de la Izquierda Verde parece estar cerrando la brecha con bastante velocidad, por lo que el Piratar podría incluso no ser el partido más votado.

Pero los sondeos sugieren que Islandia pronto podría verse gobernada por una coalición de piratas, verdes de izquierda y otros partidos progresistas que tendrían así la oportunidad de impulsar una nueva forma de hacer política.

En el país de los vikingos, los piratas ya tienen que ser tomados muy en serio.

Y pronto los descontentos del mundo podrían estar volteando hacia los de esta isla en el Atlántico norte en busca de nueva inspiración.

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