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La tensión marca el inicio de la huelga nacional en Argentina

La tensión marca el inicio de la huelga nacional en Argentina
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La masiva movilización contra el gobierno de Mauricio Macri llega en una complicada coyuntura económica.

La primera jornada de huelga nacional en Argentina comenzó a mediodía de este lunes con situaciones de tensión entre manifestantes y efectivos de seguridad, en el marco de masivas manifestaciones de protesta contra el gobierno de Mauricio Macri. 

Las distintas ramas de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y el gremio de camioneros, liderado por el influyente jefe sindical Hugo Moyano, iniciaron este mediodía la huelga y marcharon junto a organizaciones sociales, políticas y sindicales a la histórica Plaza de Mayo de Buenos Aires, ubicada frente a la Casa de Gobierno nacional, en una masiva movilización en contra del Gobierno.

La medida de fuerza de la CTA y los camioneros se sumará mañana martes al paro nacional convocado por la central obrera Confederación General del Trabajo (CGT), que agrupa a los principales gremios. Los sindicatos de transporte público automotor y ferroviario ya anunciaron que se sumarán el martes a la huelga y se estima que la paralización de actividades podría ser amplia.

Los sindicatos que forman parte de la CGT no participaron en las manifestaciones, en una señal de la crisis interna dentro del sector gremial. 

Las fuerzas de seguridad impidieron este lunes que se realizaran actos de protesta en puentes y autopistas de acceso a la ciudad de Buenos Aires y se registraron momentos de alta tensión entre manifestantes y efectivos. Finalmente, los manifestantes pudieron ingresar a la capital argentina tras acordar con las autoridades que no realizarían actos sobre los accesos. 

Tiempos complicados para el Ejecutivo de Macri

Macri, de la centroderechista coalición Cambiemos, no se encuentra en el país porque el sábado partió a Estados Unidos para mantener reuniones con inversores y mandatarios y hablar el martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en momentos en que se define un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La devaluación del peso agravó la inflación, que superaría el 40 por ciento en 2018, y la situación económica, con un año que cerrará en recesión, según admite el propio Gobierno. La crisis llevó el desempleo a un 9,6 por ciento de la población económicamente activa, el nivel más alto en doce años, así como a un aumento de la pobreza.

El Gobierno impulsa ahora un fuerte ajuste fiscal para conseguir en 2019 el equilibrio en las cuentas públicas, que implicará un amplio recorte de gastos en diversas áreas.

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