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¿Por qué el traje Mao sigue siendo tan popular en el siglo XXI?

¿Por qué el traje Mao sigue siendo tan popular en el siglo XXI?
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El "traje Mao" había sido introducido originalmente por el revolucionario nacionalista Sun Yat-se.

El 1 de octubre de 1949 Mao Zedong se paró triunfante en la Puerta de la Paz Celestial, en la Plaza Tiananmen de Pekín, para declarar la Fundación de la República Popular China.

Para esa ocasión, que terminaría transformando las vidas de millones de personas, el "Gran Líder" vistió una túnica ancha abotonada hasta el cuello y pantalones holgados.

Pronto, se le conoció en todo el mundo como el "traje Mao", adquiriendo notoriedad por su conexión con el presidente, el comunismo de China y los propios ciudadanos del país que terminarían usándolo.

Sin embargo, el traje Zhongshan (como se le conoce en China) había sido introducido inicialmente por el revolucionario nacionalista Sun Yat-sen.

Era una alternativa para la ropa occidental de negocios y la ricamente ornamentada vestimenta manchú, utilizada por el último emperador de China.

En contraste, el traje Mao era utilitario. Fue diseñado para proyectar una nueva China, segura de sí misma.

Mezclando elementos occidentales y orientales, solía ser de color azul, verde o gris, siempre con tonos pálidos.

Su diseño también contenía símbolos ocultos. Se decía que los cuatro bolsillos de la chaqueta representaban las Virtudes Cardinales en el clásico I Ching chino (Libro de los Cambios).

El hecho de que Mao escogiera el traje preferido por Sun, venerado como el padre fundador de la moderna nación china, tenía un significado especial.

Según Valery Garrett, autora de varios libros sobre la evolución de la moda china, "se le veía como una prueba de que (Mao) estaba heredando el manto de autoridad de Sun".

Para 1966, año del nacimiento de la catastrófica Revolución Cultural, el traje Mao –con sus perdurables nociones de sentido nacionalista– era una de las pocas formas aceptables de vestirse en China.

En esa época usar atuendos "burgueses" podría provocar ataques en la calle o algo peor.

Artículos considerados decadentes, como joyas, maquillaje y tacones altos, estaban prohibidos. Como indica Garrett, "era simplemente más seguro vestir el traje Mao".

Revolución "uniforme"

Hombres y mujeres tenían que vestirse lo más discretamente posible con ropa práctica y unisex.

Y para las mujeres el traje significaba que la batalla por la "revolución permanente" era más importante que cualquier inquietud superflua sobre la apariencia.

"Era una prenda para afianzar la revolución", apunta la museóloga británica Amy Barnes, autora de un libro sobre las representaciones visuales de la China maoísta. "Era decir: 'rechazo la burguesía y el patrón occidental de la belleza y la moda'. Se trata de uniformidad y conformismo".

El traje Mao también debía reflejar una sociedad china sin clases, pero en la realidad mostraba estatus distintos.

Su diseño también contenía símbolos ocultos. Se decía que los cuatro bolsillos de la chaqueta representaban las Virtudes Cardinales en el clásico I Ching chino.

A comienzos de la década de 1950, los salarios fueron reemplazados por el racionamiento de bienes.

Los funcionarios de bajo rango tenían que conformarse con ásperos trajes grises y los de posiciones medias lo vestían en poliéster; pero los de niveles más altos los lucían de lujosa lana.

Más bolsillos también significaban un estatus político y nivel más alto.

Tras la muerte de Mao en1976, la influencia del traje comenzó a disminuir por la apertura y reformas introducidas en China.

Sin embargo, conservó una fuerte atracción en el imaginario colectivo.

Varias versiones del atuendo fueron incluidas en una reciente exposición del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, que abordó las fantasías occidentales sobre China a través de la moda.

"Es el último símbolo de la sastrería china", señaló su curador, Andrew Bolton, al diario Washington Post. "Para Occidente, ninguna otra prenda representa tan bien a los chinos".

Y Harriet Evans, profesora de estudios chinos en la Universidad de Westminster en Londres, destaca que las "imágenes de las enormes multitudes de Guardias Rojos, cargando libritos y marchando hacia un futuro más grande y mejor, con el sol elevándose a sus espaldas, se han vuelto icónicas".

Soñadores y villanos

Hoy en día, aparte de algunos nostálgicos habitantes urbanos que lo llevan con cierta ironía, casi ningún joven chino viste el traje Mao.

Sin embargo, a lo largo del tiempo los occidentales lo adoptaron como si fuese propio.

Cuando en las décadas de los 60 y 70 el socialismo y el comunismo estaban de moda, se popularizó entre los intelectuales de izquierda para simbolizar sus inclinaciones políticas.

Antes de que todos los horrores del reinado de Mao salieran a la luz pública, el traje antisistema implicaba un idealismo utópico en el que todas las personas eran iguales.

Afincado en la psiquis occidental, también representó algo más maligno. En las películas de James Bond el súper villano Ernst Stavro Blofeld viste una chaqueta color caqui con un cuello chino inspirada libremente en el traje Mao.

Franz Oberhauser (interpretado por Christoph Waltz) viste algo similar en Spectre, el nuevo filme del 007.

Y diseñadores de moda occidentales, atraídos por las nociones de rebelión y funcionalismo moral asociadas al traje, también lo han subvertido.

En 1999 John Galliano lo rediseñó para su colección de primavera/verano de Dior, burlándose de sus raíces proletarias al representarlo con una opulenta seda verde y satén rojo.

En 2012 Vivienne Westwood lo versionó añadiéndole un toque más sexy en popelín de algodón, evocando una feminidad que el original nunca tuvo.

Tela influyente

Sin importar cómo fue adaptado, el traje Mao ha sido, involuntariamente, un triunfo de la influencia del autoritario Partido Comunista Chino en el exterior y fuente de orgullo nacional en casa.

Y es algo que no pasa desapercibido en la China actual.

Aunque muchos altos miembros del Partido Comunista chino han optado por usar los trajes occidentales con corbata, el presidente Xi Jinping es un aficionado a la humilde túnica, convirtiéndola en su propia marca registrada.

Según la revista The New Yorker su "gran decisión de estilo" tiene una connotación de sano ahorro, crucial para la campaña anticorrupción que ha definido a su liderazgo.

Cuando Xi asistió a una cena ofrecida por la familia real holandesa llevó un elegante traje Mao azul oscuro, detalle que llevó al diario estatal China Daily a declarar que "los trajes Zhongsha están otra vez de moda".

Según el periódico, su elección mostró la "confianza del líder en la cultura china".

En septiembre de este año Xi se vistió con un traje Mao negro para un importante desfile militar.

Evans dice que eso fue tomado como una muestra de "autoridad nacional, orgullo nacional y ritual nacional".

Queda por ver si el traje sigue inspirando a los diseñadores de moda occidentales.

Mientras, en China, un país que aún no ha condenado oficialmente a Mao y en el que el Partido Comunista se mantiene en el poder, no hay indicaciones de que su influencia se desvanecerá pronto.

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