Un giro se produjo esta jornada en la tensión entre Estados Unidos y Rusia, a raíz de las acusaciones de presunto espionaje a las elecciones de noviembre pasado.
Esto luego que el presidente ruso Vladimir Putin sorprendiera al decir que no va a "expulsar a nadie" en respuesta a la decisión de Obama de enviar de vuelta a su país a 35 "agentes rusos" en Estados Unidos, acusados por Washington de injerencia en sus elecciones presidenciales.
El anuncio de Putin marca un giro con lo que pocas horas antes había anunciado el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, quien había dicho se iba a "declarar persona non grata a 31 diplomáticos de la embajada de Estados Unidos en Moscú y cuatro diplomáticos del consulado general estadounidense en San Petersburgo" (noroeste), quienes serían expulsados.
Putin, finalmente, salió a calmar las aguas agregando que su país "no creará problemas a los diplomáticos estadounidenses.
"No vamos a expulsar a nadie. No vamos a caer en una diplomacia irresponsable", subrayó Putin.
Eso si, el líder ruso aseguró que se reservará "el derecho de tomar medidas de represalia" y "restaurará las relaciones ruso-estadounidenses en función de la política del presidente electo Donald Trump".
