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Qué piensan los habitantes de Boston, el lugar de Reino Unido que más votó por el Brexit

Qué piensan los habitantes de Boston, el lugar de Reino Unido que más votó por el Brexit
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Algunos extranjeros han abierto negocios en las calles de Boston.

Una pequeña ciudad inglesa conocida por sus campos agrícolas y fábricas procesadoras de alimentos, ubicada a más de 380 kilómetros de Bruselas, puede parecer una extraña elección para reflejar uno de los acontecimientos más significativos de 2016 y de la historia de la Unión Europea.

Pero Boston, Lincolnshire, un municipio de unos 66.000 habitantes en el centro-oeste de Inglaterra, se ganó el 23 de junio pasado el derecho a ser considerado la capital del Brexit.

Mientras que el histórico referendo sobre la permanencia en la Unión Europea se saldó con un ajustado resultado a nivel nacional, en Boston ganó el Brexit de forma abrumadora con el 75,5% de los votos.

Seis meses después de la votación, que supuso un terremoto político para Reino Unido y todo el continente, todavía no está claro cómo ni cuándo se va a producir ese complicado divorcio.

Pero las primeras consecuencias ya se han dejado notar.

"Muchas de las plantas que vendemos vienen de Holanda y los precios han subido", reconoce Mandy Bedford, una mujer de 48 años que vende flores en el mercado del sábado en la ciudad de Boston, sede del gobierno municipal (council) que engloba también ocho distritos rurales.

La libra esterlina se ha devaluado frente al dólar y el euro, encareciendo las importaciones.

Mandy Bedford
Mandy Bedford

Pero Bedford, que votó a favor del Brexit y luce unos guantes con la bandera británica, cree que en el largo plazo la decisión "será para mejor".

Unos metros más allá, refugiado de la lluvia que cae a ratos sobre Boston un sábado de noviembre, Lenn Evans despacha a los clientes protegido por las lonas del puesto de frutas.

Evans también votó a favor del Brexit y defiende con fervor que el gobierno liderado por la conservadora Theresa May ejecute "cuanto antes mejor" la decisión.

Y eso que el hijo de este vendedor vive en España y el referendo ha sembrado de incertidumbre el futuro de los nacionales británicos que residen en otros países europeos, así como el de los europeos que viven en Reino Unido.

"Nosotros tomamos una decisión y el gobierno tiene que mantenerla", le dice Evans a BBC Mundo.

Lenn Evans
Lenn Evans

A principios de noviembre, el Alto Tribunal sentenció que el gobierno tiene que consultar al Parlamento antes de activar el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, el mecanismo legal por el que se pone en marcha el proceso de salida.

El caso legal está ahora en manos del Tribunal Supremo, después de que el gobierno presentara un recurso. La decisión definitiva se espera para principios de año.

Controlar las fronteras

Es difícil, casi imposible, hablar del referendo en Boston sin que salga a relucir la cuestión de la inmigración y el control de fronteras.

Entre 2001 y 2011, la población extranjera en Boston aumentó un 467%, el mayor crecimiento en todo Reino Unido, según datos del Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford.

Tras la expansión de la Unión Europea hacia el este en 2004, ciudadanos de países como Polonia, Lituania y Letonia llegaron a Boston en busca de trabajo en los campos y en las fábricas.

Boston
Boston
 

En la plaza contigua a la iglesia de St. Botolph, que domina la ciudad con su hermosa torre, los jubilados ingleses locales se sientan ahora cerca de jóvenes madres del este de Europa.

Y en algunas calles de la ciudad, como West Street, se ven restaurantes, tiendas y panaderías con productos de países del Este.

Este cambio demográfico ha generado algunas tensiones, por ejemplo, en el uso de los servicios públicos.

"A nadie le gusta hacer cola. Si eres inglés y eres el último de la cola, no es lo que quieres", resume Evans en el puesto del mercado.

A su lado, su joven ayudante (procedente del este de Europa y llegado a Boston en la adolescencia), mira con cara circunspecta.

"Tenemos escuelas donde se hablan 46 idiomas", explica a BBC Mundo Peter Bedford, líder conservador del gobierno local, quien se pronunció a favor de la permanencia en la UE.

"Se puede entender por qué la gente votó por salir.".

Bedford explica que hay viviendas en condiciones atroces, con 16, 18, 20 personas viviendo en la misma casa, aunque asegura que la situación está mejorando.

El control de las fronteras y la reducción de la inmigración fue uno de los principales lemas de la campaña por la salida.

Farage
Farage

El tema se discutió intensamente alcanzando cotas de polémica y acritud cuando Nigel Farage, entonces líder de UKIP (el partido nacionalista que abanderó la campaña contra la Unión Europea) apareció con un cartel en el que se veía a un grupo de refugiados con el lema "Punto de quiebre. La UE nos ha fallado a todos".

"No podemos seguir recibiendo a gente", asegura Yvonne Stevens, una de las representantes locales de UKIP, el segundo partido con más representación en Boston.

Bajos salarios

Pero algunos no creen que las dificultades residan en la llegada de extranjeros.

"Estos nuevos trabajadores están siendo explotados", le dice a BBC Mundo Paul Gleeson, quien lideró en Boston casi en solitario la campaña por la permanencia en la UE y es representante local por el Partido Laborista.

"Boston está en el quintil de Reino Unido con el salario más bajo. No estamos yendo contra los verdaderos villanos", afirma.

El salario medio anual de Boston (de US$29.000), es un 20% inferior a la media nacional, según datos publicados por el semanario The Economist en junio.

Paul Gleeson
Paul Gleeson

Anne, de 23 años, es madre soltera y llegó a Boston procedente de Lituania.

Trabaja en una fábrica de procesamiento de alimentos y tanto ella como su amiga Kate, polaca, están contentas en Boston.

Ambas explican que han encontrado amigos y una vida en Boston y que, aunque el trabajo es duro, al menos tienen dinero para comprar lo necesario.

Aunque hubo reportes de un aumento de ataques racistas en Reino Unido desde el referendo, ambas niegan haber sido víctimas de abusos.

El líder conservador local Bedford rechaza también que haya habido en Boston un aumento del racismo.

"Ha habido muy pocas instancias de abuso. Eso es un mito", rechaza firmemente.

Una pareja mixta

El 11 de noviembre es el día de la independencia de Polonia y algunos polacos de Boston salieron a la calle a celebrar a pesar del frío.

Tras dar vueltas a una plaza con globos y banderas de Polonia, se reunieron en círculo con velas encendidas y cantaron.

Entre ellos estaban Iga Paczkowska, polaca, y su prometido David Bontoft, inglés.

Tienda polaca
Tienda polaca

"Llevo seis años viviendo aquí y esta es mi casa", explica Iga.

"Nunca hemos sentido que no somos bien recibidos, por eso nos sorprendió el resultado".

A pesar de que es optimista y niega con vehemencia que en Boston haya racismo, reconoce que el resultado del referendo le bajó en su momento un poco el ánimo.

"Pensé: esa mujer que me dice hola todas las mañanas, ¿en realidad quiere que me vaya? Mucha gente que conozco ya volvió a Polonia o está planeando hacerlo", asegura.

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