El presidente estadounidense, Donald Trump, envió este lunes al Senado la nominación de Ronald Vitiello como nuevo director de su principal aparato de deportación de inmigrantes indocumentados, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Vitiello es, desde junio, el director interino de esa agencia migratoria, que se encuentra en el centro del debate nacional después de la crisis de separación familiar que se vivió en la frontera con México en los últimos meses.
De hecho, parte de la oposición demócrata y numerosos activistas han pedido el cierre total de ICE. El Gobierno de Trump ha criticado la petición en repetidas ocasiones y la ha denegado frontalmente.
El elegido por Trump para dirigir al ICE fue anteriormente el subcomisionado interino de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), desde la que ha gestionado los planes del mandatario de construir un muro en la frontera con México.
Voces a favor y en contra
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, reiteró este lunes su apoyo a la nominación de Vitiello a través de un comunicado, en el que alabó la extensa carrera del funcionario en agencias de seguridad, que empezó como agente de la Patrulla Fronteriza en Laredo (Texas, EE. UU.) en 1985.
"Su experiencia en liderazgo combinada con una perspectiva única que te da más de 30 años de experiencia en agencias de seguridad, lo convierten en (un candidato) especialmente cualificado para ocupar este cargo importante", señaló Nielsen.
La secretaria urgió al Senado estadounidense a que confirme "rápidamente" a Vitiello para que pueda dirigir el ICE sin tener que estar ocupando un puesto interino.
Vitiello sustituye en el cargo a Thomas Homan, quien anunció en abril que dejaría el cargo por motivos familiares, y cuyo mandato ha estado marcado por un aumento notable en el número de detenciones de inmigrantes, a los que la agencia deporta por residir ilegalmente en el país o por haber cometido algún crimen.
El nombramiento de Vitiello en junio llegó en un momento de fuertes críticas al ICE por parte de la oposición demócrata, que ha llamado a reformarla o incluso eliminarla, una postura que respaldaron senadoras influyentes como Elizabeth Warren y Kirsten Gillibrand.
