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La ceremonia de inauguración de la embajada de Estados Unidos en Israel que se realizó este lunes en Jerusalén, cumple una de las promesas más polémicas de la política exterior del Presidente Donald Trump, ignorando la reprobación internacional y la indignación palestina.
El acto coincidió con la jornada más mortal del conflicto palestino-israelí desde 2014. Al menos 59 manifestantes palestinos murieron por disparos israelíes en protestas en la Franja de Gaza. A raíz de esto varios países del mundo han reaccionado en contra y ahora fue el turno de Arabia Saudi que expresó su rechazo del traslado de la embajada.
"Este paso constituye un acto de una gran parcialidad contra los derechos de los palestinos que fueron garantizados por resoluciones internacionales", escribió la agencia retomando un comunicado del consejo de ministros.
Además, el gobierno británico pidió este martes una investigación independiente sobre la muerte de unos 60 palestinos por disparos del ejército israelí durante protestas en Gaza.
"Reino Unido respalda una investigación independiente sobre lo ocurrido", declaró Alistair Burt, secretario de Estado en Oriente Próximo y en el norte de África, durante una sesión de emergencia en el Parlamento británico.
