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BBC destaca a Chile como uno de los países que más emprendedores atrae

BBC destaca a Chile como uno de los países que más emprendedores atrae
T13
El programa StartUp Chile fue destacado por ese medio inglés en su versión en inglés y español. Esta es la historia completa.

Simon Papineau es canadiense y tiene una compañía de software que a las autoridades chilenas les gustaría ver expandirse y prosperar.

Al otro lado del Atlántico, el gobierno británico espera que el negocio de Fujia Chen, una ingeniera aeronáutica china, sea todo un éxito.

Con una economía global cada vez más competitiva, un creciente número de países están tratando de reclutar a jóvenes empresarios extranjeros para animarles a que se establezcan en sus naciones.

Y Chile y Reino Unido son los que más atraen. La esperanza de las autoridades es que los negocios en cuestión prosperen, creen empleos, riqueza e ingresos en impuestos para el país que los recibe.

Inmigración focalizada

Y esa búsqueda de talento empresarial joven tan específica es el tipo de inmigración focalizada en la que la mayoría de partidos políticos se ponen de acuerdo en recibir. Pero por supuesto, estos casos están muy lejos de las disputas y preocupaciones que genera la inmigración masiva.

Así, programas con apoyo gubernamental como Start-up Chile y el británico Sirius invitan a emprendedores extranjeros, generalmente jóvenes recién graduados de la universidad, a solicitar una de las plazas que sacan cada año.

A los candidatos exitosos se les paga los costos de manutención y vivienda, se les dan visas de trabajo, se les ofrece una oficina, el apoyo de un mentor y acceso a potenciales inversores por unos 12 meses.

El objetivo es que las start-ups que constituyan puedan autogestionarse y se les amplíen las visas para permanecer en el país.

Esfuerzos de Chile

En la capital chilena, Santiago, el programa Start-up Chile ya lleva cinco años en marcha tratando de atraer a emprendedores de todo el mundo con el objetivo de que tenga el efecto colateral de impulsar los nuevos emprendimientos entre los jóvenes chilenos.

En ese tiempo, más de mil start-ups de todo el mundo han participado en el programa. A cada uno se le da una beca de US$40.000 y una visa de un año para desarrollar su negocio en Chile.

El empresario canadiense Simon Papineau, de 31 años, oyó hablar del programa cuando trabajaba en Argentina y solicitó una plaza en 2012.

Ahora, su compañía de pruebas de software Crowdsourced Testing tiene filiales en Montreal y Santiago y él divide su tiempo entre ambos lugares.

"Start-up Chile nos permitió pasar deser una pequeña start-up en problemas a una empresa que podía empezar a crecer", afirma Papineau.

"Fue genial para mi porque en Quebec, de donde soy, el gobierno está muy interesado en ayudar a las grandes empresas pero no tanto a las start-ups como la mía", explica el canadiense para el que la barrera del idioma no fue un problema, según dice.

Tecnología satelital

A más de 11.200 kilómetros de Santiago, Fujia Chen y su socio alemán Julian Jantke, ambos de 30 años, son parte de la segunda promoción de 60 participantes del programa británico Sirius.

Tras conocerse en la universidad de Oxford, están desarrollando productos de consumo hechos con patentes otorgadas por la Agencia Espacial Europea, que también ha apoyado con fondos a su start-up Oxford Space Structures.

Chen se encarga de la ingeniería mientras que Jantke se dedica a gestionar el día a día del negocio. Ambos reciben más de US$1.600 de Sirius.

Su primer producto, una cuna ligera de viaje que se abre y cierra en segundos y que usa la misma tecnología con la que se abren los satélites de la agencia espacial, está previsto que salga al mercado en verano.

Ahora en Londres, Chen, que es de Shanghai, asegura que le hubiera sido muy complicado emprender el mismo negocio en China.

"En China, establecer una compañía es muy burocrático... y requiere de mucho capital. No es normal que un estudiante pueda hacerlo", afirma.

"También en China es mucho más difícil tener acceso a los mercados de capital a no ser que estés muy conectado. En Reino Unido es mucho más fácil", algo en lo que coincide su colega Jantke.

En su caso, pese a la fortaleza de la economía alemana y, particularmente, su sector manufacturero, en Reino Unido tiene más facilidad para acceder a la inversión.

La compañía, que se fundó hace menos de un año, ya ha reunido más de US$2.276 de inversión.

Los que se van

Pero pese a los esfuerzos de los gobiernos, a veces los emprendedores extranjeros no quieren quedarse en ese país.

El australiano Jake Tyler y la canadiense Nat Cartwright se conocieron haciendo un máster en administración de negocios (MBA) en Madrid cuando se les ocurrió montar la empresa de pagos a través de móvil Payso.

Les ofrecieron visas start-up para lanzar la compañía en España pero decidieron trasladarse a la ciudad canadiense de Cartwright, Vancouver.

"España es un lugar donde es muy difícil montar un negocio... hay mucho desempleo, no tiene muchas oportunidades financieras y es difícil operar si no hablas español", afirma Tyler, de 32 años.

Por el contrario, dice, Canadá es un mercado "muy atractivo para nosotros", afirma. Por eso, decidieron crear allí su negocio donde tienen más facilidades de acceso a crédito.

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