Hace un año, el reconocido sitio Business Insider incluyó a Mohammed Islam en una lista dedicada a las 20 personalidades más influyentes de Wall Street con menos de 20 años de edad. "Si el dinero no fluye, las empresas no pueden progresar y no hay puestos de trabajo", explica Islam al señalar cuál es su "filosofía" de vida. Actualmente, el joven de 17 años tiene una fortuna estimada en unos US$ 72 millones, que acumuló jugando con acciones durante sus recreos y horas de comer.
El joven le dijo al Business Insider que le gustaba jugar en los mercados a futuros de oro y de petróleo, así como en los mercados de acciones cuando a los derivados no le va bien. Ahí se fija en las compañías de tamaño medio. Sus movimientos están basados en la volatilidad y el volumen.
Islam es hijo de inmigrantes del norte de India, proviene del barrio neoyorquino de Queens y creará un fondo de inversión en 2015, cuando cumpla la mayoría de edad. Su objetivo es acumular US$ 1.000 millones en el primer año de existencia de ese fondo. Uno de sus mayores referentes es el prestigioso inversionista Paul Tudor y su frase "se aprende más que cuando ganas". Sus amigos lo catalogan como "genio" y los medios ya lo bautizan como el "Lobito" de Wall Street, comparándolo con Jordan Belfort, el controvertido inversionista norteamericano que inspiró la película protagonizada por Leonardo DiCaprio.
Y aunque su papá lo lleva al colegio y aún vive en su casa familiar, tiene arrendado un departamento en Manhattan y ya se compró un BMW. Alumno del prestigioso instituto neoyorquino Stuyvesant -muchos de cuyos estudiantes terminan estudiando en las mejores universidades de Estados Unidos-, Islam es el protagonista de una de las historias que la última edición del New York Magazine dedica a historias edificantes.
