Las perspectivas a corto plazo para China han mejorado, pero eso no le garantiza una transición tranquila en materia económica. El Fondo Monetario Internacional (FMI), señala en un informe que si bien ha tenido varios progresos en su decisión de pasar de las manufacturas a los servicios, deberá enfrentar turbulencias. “La transición económica de China seguirá siendo compleja, difícil y potencialmente llena de baches”, afirma en su último informe anual sobre la economía china.
En el documento advierte de los riesgos de un crecimiento sostenido excesivamente sobre el crédito, y pone énfasis en las empresas estatales.
En cuanto al crecimiento, el FMI contempla una caída gradual. Para 2016 proyecta que el PIB crecerá 6,6% (en 2015 fue 6,9%), para 2017 un 6,2% el próximo año y 6% en 2018 y 2019. Para 2020 proyecta una expansión de 5,9% y una décima menos en 2021.
Advertencias y recomendaciones
Para el FMI es clave que para que esta transición no sea turbulenta ni sorpresiva, es urgente que haga frente al problema de la deuda corporativa, a través del endurecimiento de las restricciones presupuestarias para las empresas estatales. También sugiere a las autoridades reestructurar o liquidar las empresas sobreendeudadas.
La entidad no gubernamental, también recomienda perseverar en las reformas que permitan dar de mayor estabilidad al sistema financiero, tales como fortalecimiento de los ratios de capital de los bancos.
