Guo Guangchang tiene una de las fortunas más grandes del mundo.
Es un potentado en China, dueño de uno de los conglomerados más grandesdel gigante asiático.
Pero en las últimas horas, nadie daba razón de su paradero. Hasta que se confirmó este viernes que había sido detenido por las autoridades, por razones aún no establecidas oficialmente.
Su empresa, Fosun International, dijo que estaba ayudando a las autoridades en una investigación.
Su desaparición había desatado una ola de especulación en China.
Y no es el primer caso de un alto ejecutivo de ese país que desaparece del radar en las últimas semanas.
Especulación
La revista financiera Caixin había asegurado el viernes que los empleados de Fosun International no habían podido contactar a su jefe desde la tarde del jueves.
Las acciones de Fosun dejaron de transarse en el mercado de Hong Kong después de conocerse las versiones.
Se empezó a especular entonces que Guo había sido detenido por la policía.
Caixin citó en ese momento mensajes en redes sociales diciendo que la última vez que lo vieron estaba con policías en la ciudad de Shanghai.
Una fuente le había dicho a la BBC antes que era muy probable que Guo hubiese sido requerido por la policía para ayudar en una investigación pero que él mismo no era el objetivo de la investigación.
Imperio global
Guo fue asociado con un caso judicial por corrupción en agosto.
El imperio de Guo se extiende a través del mundo, asegura el analista de temas asiáticos de la BBC Michael Bristow.
La revista Forbes estima que su fortuna llega a los US$7.000 millones.
El grupo Fosun tiene intereses en los medios, la industria de los seguros, la propiedad raíz y el comercio.
Recientemente se hizo al control del grupo hotelero francés Club Med.
No es el primero
Varios ejecutivos financieros chinos han desaparecido misteriosamente en las últimas semanas, asegura la corresponsal de negocios asiáticos de la BBC, Karishma Vaswani.
Guo fundó Fosun con un grupo de estudiantes amigos en 1992.
Con sede en Shanghái, inicialmente tuvo éxito en inversiones en los sectores farmaceútico y de propiedad raíz.
Pero hoy sus propiedades se extienden desde el edificio Chase Manhattan en Nueva York hasta la marca griega de moda Folli Follie.
El año pasado, Guo le comentó a la BBC acerca de algunas dificultades de la empresa privada para llevar a cabo negocios en China.
Alegaba que cuando los bancos chinos eran todos de propiedad estatal, era dificil obtener préstamos de largo plazo.
Los observadores han estado siguiendo los esfuerzos del gobierno de Pekín por reprimir la corrupción en esa sociedad.
