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5 marcas que desafían la mala fama del "hecho en China"

5 marcas que desafían la mala fama del "hecho en China"
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Los productos chinos tienen fama de baratos y de mala calidad. Pero en la moda, la gastronomía y otros frentes están comenzando a surgir auténticos competidores en el sector de lujo.

¿Cuántas veces ha fruncido el ceño cuando te han regalado algo que dice "hecho en China"?

Durante décadas los productos fabricados en China han soportado la mala fama de ser baratos y de baja calidad. Pero adivina qué: el "Made in China" o "Hecho en China", puede dejar de ser el patito feo de las marcas, y comenzar a ser percibido como algo con más clase.

Para satisfacer la voracidad de la nueva clase alta en China, las empresas de ese país han comenzado a desarrollarse como genuinos competidores de reconocidas marcas internacionales.

Su participación de mercado aún es muy pequeña para medirlas, pero algunos expertos señalan que este es el comienzo de una tendencia duradera.

El origen del cambio

Todavía es más probable que sigan optando por un vestido Louis Vuitton o Gucci, antes que uno de la marca Uma Wang o Masha Ma, pero estas marcas locales están aprovechando una situación creada por un triple cambio simultáneo.

Primero, se produjo un cambio en el gusto de los chinos millonarios, quienes han pasado de los excesos con joyas de oro y diamantes, a prendas más clásicas.

En los últimos años han cambiado los gustos de los millonarios chinos, algo que favorece a la industria local.

Segundo, se han producido importantes mejoras en la producción de artículos chinos, lo cual les ha ayudado a combatir el estigma "hecho en China" y a posicionarse positivamente frente a sus competidores globales.

Y tercero, el resurgimiento del "sueño chino", impulsado por el presidente Xi Jinping, trajo un sentimiento nacionalista que se ha traducido en un mayor consumo de marcas locales.

"Las marcas chinas han salido al mercado con fuerza propia", dice Jean-Baptiste Andriani, director académico en Shanghái de la sección de la IFA (escuela de moda y diseño de París).

Algunas de las marcas de lujo de China cuentan con el gusto de los consumidores locales, y se empiezan a vender en tiendas en el exterior, como The Herborist, Ye Mingzi, Bao Bao Wan y el caviar.

El bochorno ha concluido

"Anteriormente las personas se sentían avergonzadas de recibir cualquier cosa elaborada en China. Ese no es el caso ahora", comenta Shaun Rein, autor de "El fin de los imitadores en China" (The End of the Copycat China), y fundador de la firma consultora China Market Research Group.

Las tiendas tradicionales todavía tienen el liderazgo... pero la competencia local va en aumento.

"En líneas generales, es un momento excitante para las marcas chinas. Las personas están buscando un estilo de vida chino al cual poder aspirar".

Tomemos por ejemplo la última colección de alta costura de la diseñadora china Guo Pei. En la última década sus prendas extravagantes estaban enfocadas en reinterpretaciones de la cultura europea.

Ahora, elabora diseños donde se reflejan sus raíces chinas. Pei, que usualmente viste a celebridades del país para eventos de alfombra roja, indicó que el 2008 fue el momento del cambio. "Fue cuando comprendí que me sentía orgullosa de ser china".

A pesar del éxito reciente, las marcas chinas aun deben superar varias barreras. Por ejemplo, son tan costosas como las marcas internacionales de lujo, pero sin el mismo glamur de la etiqueta.

Secretos de belleza

El valor del mercado de cosméticos en China creció de US$14.500 millones en el 2010 a US$26.500 millones en el 2013, de acuerdo con cifras publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas de ese país.

El mercado de los cosméticos creció cerca del 50% en tres años.

Todavía el mercado se encuentra dominado por gigantes como Procter & Gamble o L’Oreal, pero sus cuotas de mercado vienen bajando cada año mientras que las marcas locales crecen.

"A las mujeres chinas no les gustan los productos extranjeros, los cuales perciben como marcas para personas blancas", explica Shaun Rein, del China Market Research Group.

Rein comenta que las consumidoras chinas no lo piensan dos veces para cambiar de marca, y tienden a utilizar diferentes productos para el cuidado de la piel de acuerdo al clima. Utilizan más capas de productos que las mujeres de países occidentales, y buscan por los mejores para aclarar la piel y darle luminosidad.

"Al ser una compañía china tenemos la capacidad de comprender con mayor profundidad la medicina tradicional de nuestro país", comentó Sun Peiwen, jefe del departamento de investigaciones y desarrollo de Jahwa, cuya marca The Herborist ha penetrado el mercado local e internacional.

El lento avance de la moda

Brand New China (BNC) eligió Sanlitun, una zona de moda en Beijing, para montar una tienda donde exhibe lo mejor de la moda y el diseño de China. El local se encuentra a pocos metros de establecimientos de Chanel y Armani, procurando conquistar a un tipo de consumidor: aquel que está cambiando los grandes logos por unos más específicos y con nombres más discretos.

Ye Mingzi y Bao Bao Wan diseñadron joyería inspirada en China para Swarovski.

Un estudio de opinión reveló que 44% de los consumidores chinos estaría dispuesto a probar una marca nueva de lujo en los próximos tres años, lo cual es una muy buena noticia para los diseñadores locales.

El local, de unos 200 metros cuadrados, está lleno con sedas estampadas, vestidos desarmados, zapatos futurísticos y carteras que parecen pinturas de Mondrian. Todos tienen un elemento en común: un ligero toque de China, bien sea por el material utilizado o por el diseño.

Todavía es muy pronto para hablar de una identidad china en la moda, pero cada día aparecen nuevos nombres y algunos están colaborando con reconocidas marcas internacionales. Por ejemplo, Ye Mingzi y Bao Bao Wan diseñaron joyas de Swarovski inspiradas en la cultura china.

"No estamos copiando a Occidente. Queremos darle a los consumidores una opción. Una alternativa para sus closets", señaló Raphael le Masne de Chermont, director ejecutivo de la firma Shanghái Tang.

Gusto adquirido: caviar

En menos de una década China se ha posicionado como el mayor productor de caviar del mundo, llenando el vacío dejado por la pesca desmedida e ilegal en el mar Caspio.

Los preciosos huevos, crías cultivadas de esturiones importados de Irán y Rusia hace 20 años, se comparan en calidad con los de los productores más tradicionales. Los huevos recibieron el certificado "Hecho en China" en el 2006.

China recibió certificados de exportación para caviar en 2006.

Ahora, el caviar chino es parte del menú de restaurantes con tres estrellas Michelin alrededor del mundo.

En Italia se vende caviar marca Aristocrat, cuyos huevos provienen de lagos de China y sazonados con sal italiana.

Por ahora, el caviar chino se produce para exportar, quedando solo 30% de la producción para consumo interno. Pero se espera que ese porcentaje crezca con la expansión de la clase millonaria en China.

La sorpresa del vino

Cuando en 2008 un vino boutique de China ganó un premio internacional, los críticos de todas partes del mundo viajaron en manadas para descubrir cuál sería la próxima sensación.

Productores como Remy Cointreau, Moët & Chandon o LVMH se han asociado con compañías locales con la esperanza de posicionarse dentro de una de las naciones de mayor consumo de vino en el mundo.

En este momento China es el líder mundial en consumo de vino rojo, y el sexto mayor productor, según Vinexpo, una conferencia de exportadores basada en Bordeaux.

En menos de una década, la educada clase media china aprendió como beber vino: la mezcla de Coca Cola con un añejo Bordeaux es una imagen del pasado.

Nombres como Grace Vineyard han comenzado a atraer consumidores. Por su parte, Moet & Chandon lanzó en el 2014 un vino espumante dirigido al mercado chino, a un precio de US$24 por botella.

"La calidad del vino de China está mejorando. Sin embargo, todavía persisten problemas relacionados con la producción: desde materiales pobres para el vino hasta fallas de higiene en los viñedos.

Todavía tienen un enorme problema con la calidad", concluye Edward Ragg, cofundador de Dragon Phoenix, una firma de consultoría para viñedos ubicada en Beijing. "A pesar de ello, hay buenos vinos. Solo tiene que ir a cazarlos".

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