Política

El voto que podría dirimir la ley de aborto en el TC

El voto que podría dirimir la ley de aborto en el TC
Mariajosé Soto
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Los requerimientos que Chile Vamos prepara ante el Tribunal Constitucional por el proyecto de despenalización del aborto podrían marcar la despedida de Carlos Carmona de la presidencia del TC, donde si hay un empate, su voto dirimirá la discusión de una iniciativa emblemática de Michelle Bachelet.

A inicios de los años '90, cuando comenzaba el gobierno de Patricio Aylwin, en las oficinas de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) liderada por Edgardo Boeninger aterrizó una joven generación de abogados de entre 25 y 30 años. La mayoría provenía de la elite intelectual de la época: en su mayoría titulados de la Universidad Católica y la Universidad de Chile, y egresados de los colegios Saint George y San Ignacio.

Eran los llamados “Boeninger Boys”, grupo compuesto por figuras combinaron una carrera política y jurídica que los llevó a altos cargos, entre los que estaban Claudio Orrego, Alejandro Ferreiro, Rodrigo González y Patricio Zapata.

En la lista también figuraba un nombre que, según recuerdan sus compañeros, resaltaba del resto por su origen, timidez y una sobresaliente habilidad intelectual: Carlos Carmona (55). Oriundo de Ovalle, egresado del colegio San Viator de su ciudad, militante de la Democracia Cristiana y abogado de la Universidad de Chile, quien actualmente preside el Tribunal Constitucional (TC).

“Carlos era el mejor ejemplo de la meritocracia. Sin apellido, de provincia, sin contactos, se convirtió en ‘La República’”, relata uno de sus compañeros de aquella época en la Segpres, en alusión al apodo con el que -10 años después de su llegada al gobierno- lo bautizó el ex Presidente Ricardo Lagos.

Por estos días, todas las expectativas del gobierno por el futuro del proyecto de despenalización del aborto en tres causales están puestas en manos de Carmona. De concretarse los requerimientos que prepara Chile Vamos ante el TC para declarar inconstitucional la emblemática iniciativa, y haber un empate, Carmona será el voto dirimente, tal como ha definido otros 21 casos desde que asumió la presidencia del tribunal, en agosto de 2014.

Y aunque algunos en la DC advierten que el jurista podría votar con la derecha en contra del proyecto, en el Ejecutivo aseguran que Carmona ha demostrado en sus fallos un estilo más laico y progresista.

Pero La Moneda va a contrareloj, ya que el 28 de agosto la presidencia del organismo quedará en manos de Iván Aróstica, nombrado por el ex Presidente Sebastián Piñera y conocido por sus posturas más conservadoras.

Tímido y despolitizado

Carlos Carmona vive en Providencia junto a su esposa, Paulina Rivera. De pocas palabras y pocos amigos, quienes conocen al abogado relatan que es común verlo pasear por el bandejón central de la calle Pocuro, durante las mañanas. 

Su vida política es de larga data. Comenzó a militar en la DC durante su época universitaria, donde coincidió con otros democratacristianos como Eduardo Saffirio y Guillermo Pickering, además de otras figuras vinculadas a la centroderecha, como el abogado Gastón Gómez.

Pero aunque generó algunos lazos con la DC de la mano de Cristian Toloza (ex asesor de Eduardo Frei), Jorge Burgos (ex ministro del Interior), Gonzalo García (miembro del TC) y Patricio Zapata, quienes lo conocen dicen que nunca fue un militante activo de la falange: no participó en política, ni rigieron en su actuar las ideologías de la tienda.

“Carlos nunca fue muy ideologizado. Es un tradicional profesional de la Universidad de Chile, hijo de la educación pública, en él rige el imperio de la ley, es positivista y al día de hoy sólo tiene ciertas cercanías con la DC”, explica el vicepresidente de ese partido, Matías Walker, a quien Carmona dictó clases de Derecho Público en la Universidad Diego Portales.

 La enciclopedia

Tras llegar a La Moneda en los '90, “La República”, como era conocido, se convirtió rápidamente en jefe de la dirección jurídica en la Segpres y líder intelectual indiscutido en los gobiernos de Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.

No había proyecto de ley que no pasara por sus manos y autorización, se adelantaba a todos los escenarios jurídicos posibles y monitoreaba de cerca las ofensivas de la derecha en tribunales. 

"Es tremendamente respetado. Es una enciclopedia del derecho administrativo y debería publicar tantos documentos suyos con los que uno se encuentra disponibles”, afirma el abogado Enrique Rajevic, quien trabajó con él en la Segpres a mediados de los '90.

En esa época, cuentan quienes conocían al jurista, era muy común que apenas escuchara por la radio algún reclamo de la UDI o de RN en contra de un proyecto del Ejecutivo, Carmona solicitara de inmediato una serie de minutas y análisis a su equipo para adelantarse a alguna arremetida. 

En la era de Frei, el abogado hizo frente a prácticamente a todas las presentaciones opositoras ante el Tribunal Constitucional. Defendió al gobierno en recursos para rechazar proyectos como la ley de junta de vecinos, la reforma municipal o la cancelación de persona jurídica a Colonia Dignidad. 

Entre los ministros del TC era muy común que reclamaran contra el abogado por la “voluminosidad” de sus argumentos. Generalmente eran escritos de más de 200 páginas que en un plazo de 10 días los juristas debían leer.

Su trabajo hizo escuela y hasta un libro reconocido entre los abogados de derecho público: “Doctrina constitucional del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle”, texto editado por el ministerio.

Aunque Carmona consiguió la admiración profesional en los cuatro gobiernos, donde mejor se sintió fue en la administración de Frei. ¿La razón? Completamente personal. Siempre tuvo una profunda amistad con el ex Presidente desde su época de senador. Según sus compañeros de trabajo, Carmona tenía línea directa con él para todo, y hasta sabía los horarios en que el ex Presidente se afeitaba.

El voto progresista

Carmona llegó al TC en 2009, tras ser designado por Bachelet durante su primera administración, en reemplazo del ex subsecretario del Interior de Lagos, Jorge Correa Sutil, quien esperaba ser ratificado en ese cupo.

El nombramiento generó cierto resquemor en la DC, entre quienes advertían que Correa Sutil representaba mucho mejor los intereses del partido que Carmona.

Y lo cierto es que, lejos de pensar en definiciones democratacriatianas, Carmona se mostró siempre menos conservador que su partido en varias votaciones. 

Sus cercanos recuerdan dos ejemplos que lo grafican muy bien. En 2011, si bien el TC rechazó un requerimiento que buscaba declarar inconstitucional la obligatoriedad del matrimonio solo entre un hombre y una mujer, el abogado se sumó al argumento de los ministros Francisco Fernández y José Antonio Vera-Gallo, quienes llamaron al Estado a “proteger” las distintas clases de familias y recomendaron modificaciones en el Parlamento de la actual legislación. 

De igual forma, en 2014, Carmona votó a favor de un recurso para declarar inconstitucional la “conducta homosexual” como causal de divorcio culposo. La iniciativa, sin embargo, fue rechazada con seis votos en contra y cuatro a favor.

Además, desde que entró al TC, el abogado se destacó por votar en línea con la Nueva Mayoría: en 2010, por ejemplo, fue el único de los ministros del TC que votó para inhabilitar a Ena von Baer por haber reemplazado a Pablo Longueira en el Senado. Y durante el actual período de gobierno, rechazó en 2015 los requerimientos presentados por la derecha contra la glosa de gratuidad en la educación superior.

"Que Carlos tenga una postura cercana a la DC no lo empuja a una votación. En mi opinión, su mirada personal y su aproximación a los temas, es laica y republicana”, describe Patricio Zapata. 

Según afirman en Palacio, Carmona tiene en la actualidad una buena relación con Bachelet, y además, durante este gobierno logró instalar en la Segpres a quien fuera uno de sus más destacados alumnos y seguidor de su estilo: William García, actual jefe de la División Jurídica.

Con todo, en La Moneda esperan que, a semanas de dejar la presidencia del TC, Carmona selle su complicidad con el oficialismo y garantice luz verde a una de las principales promesas de esta administración.

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