Política

La primera crisis de Elizalde

La primera crisis de Elizalde
Tomás Martínez
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La polémica por las inversiones del PS golpeó el corazón del socialismo y tiene al ex ministro enfrentando un complejo escenario a menos de dos meses de haber asumido. Un coletazo directo de la crisis es que se va a mandatar al BCI -que administra el patrimonio- a comprar solo bonos emitidos por el Banco Central, para evitar la especulación.

El golpe fue de tal magnitud que incluso hoy, a nueve días de que se conocieran detalles de las inversiones de parte del patrimonio del Partido Socialista en empresas como SQM, la militancia socialista sigue demandando explicaciones y sus dirigentes siguen buscando cómo salir de la crisis.

Un reportaje de Mega, exhibido la noche del miércoles 10 de mayo, examinó el destino de los 7 mil millones de pesos que el PS recibió como indemnización por los bienes expropiados a la tienda en dictadura, y detectó inversiones en distintas compañías, las que se realizaban a través de la comisión de patrimonio de la colectividad, creada el 2003 para manejar los recursos partidarios.

Así se originó la primera crisis que Álvaro Elizalde enfrenta desde que asumió la conducción partidaria a inicios de abril. Una asunción compleja, que coincidió con el respaldo a Alejandro Guillier por parte del PS y el retiro de la candidatura presidencial de Ricardo Lagos, lo que fracturó al partido.

Con el quiebre entre laguistas y guillieristas aún cicatrizando, la polémica por las inversiones profundizó la división interna y centró la atención en el manejo del ex vocero de gobierno.

En los próximos días se concretarán medidas para enfrentar una las crisis más complejas para el partido durante los últimos años. El plan implicaría actualizar las instrucciones al BCI, que administra desde 2011 los fondos del PS, para reiterar que invierta en instrumentos de renta fija, y para instar a esa institución a comprar bonos del Banco Central, para cerrar así espacio a la especulación.

Junto con ello se pedirá una exhaustiva revisión para que todo esté conforme con la Ley 20.880 sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos de intereses.

El inicio de la crisis

La tarde del martes 9, un día antes de que se emitiera el reportaje, Elizalde se enteró de lo que venía porque fue contactado por los periodistas a cargo del reportaje. Algunos de sus antecesores en el cargo ya habían sido consultados para dar su versión del tema, pero sólo al difundirse la información las alarmas se encendieron en el PS.

Así, se sucedieron una serie de llamados telefónicos y mensajes de Whatsapp para comenzar a monitorear el episodio y buscar una salida.

De inmediato Elizalde comenzó a recibir la presión de parlamentarios y militantes mientras, en paralelo, el timonel estaba concentrado en obtener la mayor cantidad de información sobre cómo se operaba con los fondos del partido y evaluar los pasos a seguir junto a sus antecesores en el cargo, entre ellos Isabel Allende, Osvaldo Andrade y Camilo Escalona, con quienes buscó fijar una línea de acción en común.

En el PS aseguran -y públicamente se han mantenido firmes con esta versión- que la comisión de patrimonio operó siempre de manera muy autónoma, y que si bien la directiva podía pedirles información, ésta no habría sido una práctica tan habitual. Por ello, es que luego de ser avisado de que iba el reportaje, para fijar una bajada comunicacional, Elizalde debió reunir antecedentes sobre la comisión, pese a que fue secretario general de la colectividad entre 2012 y 2013.

La instancia, creada en 2003, y que ha sido integrada, entre otros, por el ex ministro de Hacienda, Alberto Arenas, el empresario Oscar Guillermo Garretón, y otros economistas, tenía una sola misión: administrar el patrimonio, hacerlo rendir y no perder lo obtenido. Según el reportaje, prácticamente duplicaron el patrimonio en poco más de diez años.

Sin embargo, pese a que la mayoría coincide en que la entidad cumplía fielmente su objetivo, el funcionamiento de la comisión y en qué instrumentos invertía es lo que genera mayores dudas en los distintos sectores del partido, donde dicen desconocer los detalles de una entidad que varios califican como un "fantasma", por el hermetismo en que operaba.

“Los presidentes podían preguntar dónde se estaba invirtiendo. Andrade lo hizo, porque le advirtieron que había plata en SQM, en Pampa Calichera, y pidió sacarla de ahí, pero en general nadie se metía en el tema, porque el principio rector era la autonomía de la comisión”, asegura una alta fuente socialista.

Como sea, para despejar las inquietudes, el hombre clave en estos días ha sido Jorge Daza, encargado de finanzas del partido y representante oficial del PS en la comisión de patrimonio.

En los últimos días, Daza ha mantenido estrecho contacto con Elizalde para monitorear la crisis y recabar información, datos trascendentales para la declaración que emitió la directiva el jueves 11 de mayo, en que entregaron su primera versión sobre los hechos.

Ese día, los miembros de la mesa mantuvieron durante toda la mañana contacto telefónico para acordar el texto que fue enviado pasadas las 13:00 horas a los medios de comunicación.

En el documento (redactado en conjunto por Elizalde, Karina Delfino, Andrés Santander y Daza), se sostuvo que “aunque haya sido una práctica legal, constituyó un error realizar determinadas inversiones que fueron terminadas en su oportunidad”.

Este párrafo fue el que desató molestia en varios sectores (en particular de quienes fueron responsables de la administración del patrimonio en el partido) y ahondó la fractura ante la crisis.

Ajuste de cuentas

El viernes, un día después de la declaración pública, la directiva del PS se reunió para abordar el tema. Ese fue el inicio de las recriminaciones mutuas que en los días siguientes fueron creciendo y que entre lunes y martes tuvieron sus momentos de mayor tensión, cruzado además por las heridas aún frescas del laguismo y la molestia contra Elizalde y sus cercanos por el respaldo a Guillier.

A primera hora del lunes, el timonel socialista se reunió en el Congreso de Santiago con los senadores del partido. En la cita, sólo estuvo ausente Juan Pablo Letelier, quien se encontraba en la gira de la Presidenta Michelle Bachelet en China.

El parlamentario, sin embargo, había mantenido contacto con Elizalde en los días anteriores.

Con todo, la reunión con el presidente del partido no dejó satisfechos a todos los senadores. “Sobre varias de las preguntas que le hicimos nos contestó que nos enviaría la información después”, relata uno de los asistentes, quien agrega que tras el encuentro quedaron con dudas sobre el tema.

Ese lunes fue complejo para Elizalde, quien además explicó los alcances de la crisis a los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría y ante el comité político de La Moneda.

Tras la cita en Palacio, dicen algunos asistentes, se le vio en un áspero diálogo con el presidente de la Cámara, Fidel Espinoza, también socialista y uno de los principales críticos al manejo de la crisis.

A esa hora, ya se había difundido una carta de ex integrantes de la comisión de patrimonio que con dureza acusaba un “delirio” y defendía cómo manejaron los dineros del partido durante años. A juicio de altos personeros socialistas, algunos de los párrafos más duros apuntaban al diputado Espinoza pero también a Alejandro Guillier, quien en su primera reacción dijo que había que perseguir los ilícitos que pudieron haberse cometido.

El texto, firmado por Jorge Jorratt, Verónica Montellano, Edmundo Dupré y Óscar Guillermo Garretón, desmentía completamente haber invertido en acciones, como se planteó en el reportaje. Las inversiones, explicaron en una misiva de seis carillas, fueron la compra de bonos en algunas empresas que en esa época no solo no eran blanco de críticas por el financiamiento irregular de la política, sino que impedían caer en conflictos de interés por tratarse de instrumentos de menor rentabilidad, pero que no dependen del devenir de la empresa en cuestión.

Además, se quejan en el socialismo, no se supo explicar de manera correcta al inicio de la crisis que las inversiones cuestionadas eran antiguas y que en 2011 se modificó el sistema: se invitó a instituciones financieras y se adjudicó al BCI la administración de los fondos, con parámetros exigidos por la comisión. Es dicho banco el que decide dónde invertir los dineros del PS, pero desde el partido se le pide reglas una cartera diversificada, mecanismos de renta fija y en el mercado nacional. Ahora, y en reacción a la crisis destada, se privilegiará la compra de bonos emitidos por el Banco Central.

Como sea, a esa altura ya se evaluaban distintas fórmulas para revertir una crisis que impactaba de lleno y en la práctica anulaba uno de los caballos de batalla del partido en contra de la Sebastián Piñera: las críticas por la separación entre dinero y política.

La tensión llegó a tal nivel en el PS, que en la comisión política se abordó la posibilidad de crear un comité de crisis, opción que aún no es definida y que entre los cercanos a Elizalde es descrita como un intento de la disidencia por debilitar la imagen de la mesa recién electa. Otros, en tanto, pidieron convocar a un comité central extraordinario, lo que a juicio del oficialismo socialista no haría más que amplificar y extender el trance actual.

Esa y otras alternativas cruzaron también el almuerzo que Elizalde -acompañado del secretario general, Andrés Santander- sostuvo con los diputados del partido el martes en el Congreso de Valparaíso.

El encuentro, dicen asistentes, fue particularmente tenso, donde hubo duras recriminaciones y críticas de los diputados Espinoza y Juan Luis Castro -quienes respaldaban la opción presidencial de Lagos- al manejo de la situación por parte de la directiva que encabeza el ex vocero de Bachelet.

Hora de balances

Quienes critican cómo Elizalde ha enfrentado su primer conflicto al mando del PS apuntan a su estilo y resienten que se haya reconocido un error en la declaración de la directiva.

“No dimensionó el impacto de lo que venía”, dice un alto dirigente socialista, quien agrega que con lo ocurrido el partido se vio envuelto en una crisis más grande.

Ello porque además ni el propio Elizalde manejaba toda la información del tema.

Otros, en cambio, subrayan directamente que fue un error no establecer límites a la comisión de patrimonio, prohibiéndole que invirtiera en sectores específicos. En retrospectiva, en la cúpula del partido se asume que se pudo haber pedido que se consideraran factores reputacionales, por ejemplo, a la hora de definir en qué sectores y con qué empresas invertir.

Por el contrario, cercanos al timonel socialista aseguran que cuenta con el respaldo de sus antecesores, porque ha debido salir a dar la cara en una crisis institucional derivada de una práctica instucionalidad por años y validada por las directivas precedentes.

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