Política

Los hombres de la calle

Los hombres de la calle
T13
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Andrés Santander (PS), por el equipo de Alejandro Guillier, y Rodrigo Ubilla (RN), por el comando de Sebastián Piñera, son los encargados del área territorial de los candidatos para la segunda vuelta. Aquí revelan parte de sus estrategias para ganar la presidencial. En la oposición reforzaron la Región Metropolitana y en el oficialismo se concentraron desde Valparaíso a Temuco.

Por Tomás Martínez y David Muñoz

La primera decisión que tomó el comando de Sebastián Piñera tras obtener un 36,64% en la primera vuelta presidencial fue rearmar la orgánica territorial para el balotaje. En palabras simples: salir a la calle.

Para eso el hombre de confianza del abanderado, Andrés Chadwick, llamó la noche del 19 de noviembre, al calor de los resultados, al ex subsecretario del Interior del gobierno de Piñera, Rodrigo Ubilla (RN) para sumarlo a la recta final de la presidencial.

La incorporación del militante de Renovación Nacional se concretó al día siguiente en una conversación entre ambos a primera hora. Junto con Ubilla, quien quedó a cargo del área territorial, se sumó también el grueso del equipo que Chadwick lideró en Interior: el ex subsecretario de Prevención del Delito, Cristóbal Lira, quien coordina la red de apoderados; el ex Subdere, Miguel Flores; y la ex jefa de gabinete de Chadwick, María José Gómez.

El equipo reaccionó con urgencia tras el inesperado resultado de primera vuelta y, según dicen en el comando, “puso la maquinaria en la calle”. Al comando también se puso a disposición el equipo territorial de Manuel José Ossandón, considerado una pieza clave del engranaje para ganar la elección en la calle.

Así, el propio Ubilla delinea algunas de las medidas que se adoptaron. “Hay un fuerte énfasis en la Región Metropolitana, es donde estamos haciendo un trabajo mucho más profundo, pero también algunas comunas prioritarias como Valparaíso”.

Ambas zonas son consideradas clave para ganar este domingo 17 de diciembre a Alejandro Guillier. Primero porque en la Metropolitana Piñera obtuvo menos de un millón de votos y en zonas populares como Puente Alto, La Florida y Maipú, por ejemplo, fue seguido de cerca o incluso superado por Beatriz Sánchez.

“Existen varias estrategias, en algunos sectores se han priorizado bolsones de electores que tienen ciertas características particulares, en otras comunas se fortalece al que ya votó por el presidente Piñera y atraer a los más cercanos, que son los que votaron por Kast. En otros casos es donde hay alto porcentaje de gente que no votó y recorrer esos lugares para poder captar y entusiasmar a que vayan a votar por el presidente Piñera en esta segunda vuelta”, comenta Ubilla al explicar los objetivos territoriales.

De los ‘piñerines’ al cara a cara

El 36,64% obtenido por el ex mandatario en la primera vuelta alarmó a su entorno. “La mejor muestra de que el nerviosismo surtió efecto es la movilización de ex ministros, ex subsecretarios y parlamentarios para la segunda vuelta”, comenta un ex ministro del gobierno de Piñera para explicar el punto de partida para el balotaje.

Una de las medidas adoptadas para la segunda fase fue, de hecho, cambiar el método de hacer campaña. Los llamados ‘piñerines’, corpóreos con la imagen del ex Presidente, fueron sacados de escena y salieron a la calle parlamentarios electos y ex autoridades de gobierno.

“Se privilegió el cara a cara, ir a las ferias, el casa a casa”, dicen en el comando, y agregan que el propio Piñera reforzó sus salidas a terreno.

A fines de noviembre, en el programa En Buen Chileno, de Canal 13, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, dio cuenta de ello al decir que “la Nueva Mayoría pareciera que está haciendo la siesta, mientras la derecha salió con todo a hacer un puerta a puerta nacional”.

De ese diagnóstico hace eco Ubilla. “Nos llama la atención que no se ve la gente del comando de Guillier en la calle, no nos hemos encontrado con gente que esté haciendo el mismo trabajo en los barrios, en las ferias”.

Georeferenciación y contraataque en comunas clave

Fue el día martes 21 de noviembre, dos días después de la primera vuelta, cuando se selló el destino de la campaña de la segunda vuelta: Alejandro Guillier, en una reunión en el Hotel San Francisco con su círculo íntimo al que se sumaron el ex ministro Sergio Bitar y el secretario general del PS, Andrés Santander, dieron con un solo diagnóstico: más allá de que se requería buscar un equilibrio para sumar apoyos políticos desde la DC al Frente Amplio en el arco de la centroizquierda, había que salir a la calle y reforzar las comunas donde el abanderado de la Nueva Mayoría fue superado, no solo por Sebastián Piñera, sino también por la candidata frenteamplista Beatriz Sánchez.

En aquella cita se cerró el arribo de Santander a la jefatura territorial de los 12 días de campaña de segunda vuelta.

Aunque en la primera vuelta el trabajo en los territorios estaba en manos del PS, con Arturo Barrios a la cabeza, Santander estructuró de inmediato un equipo con dirigentes de todos los partidos del bloque incluida la DC. De hecho, el diputado DC Fuad Chahín, quien pese a haber sido derrotado en la senatorial de la Región de La Araucanía, se puso a disposición de la campaña. Se creó una denominada “fuerza de tarea” integrada entre otros por el diputado Daniel Melo del PS, el PC Lautaro Carmona –ambos fueron derrotados en sus batallas parlamentarias- el tesorero de la Izquierda Ciudadana, Braulio Meza, Fernando Zamorano del MAS, Juan Carlos Paillalef del Partido Radical, y el secretario general del PPD, Germán Pino.

Este equipo determinó que la principal debilidad de Alejandro Guillier en la votación de la primera vuelta estaba entre las ciudades de Valparaíso y Temuco, es decir, entre las regiones V y IX.

El levantamiento de la información de la votación de la primera vuelta permitió focalizar los mensajes, pero también la incorporación de la DC, llevó a reactivar comandos locales en las 345 comunas a lo largo de todo Chile. Lo que hizo el equipo liderado por Santander fue reavivar las históricas maquinarias de los partidos de la Concertación.

Así fue como Santander y su equipo instruyeron a las comunas a enviar registros de cada una de sus actividades, por pequeñas que sean, a los encargados de redes sociales de la campaña de Guillier. Así, a través de las principales cuentas de Twitter y Facebook se generó un movimiento de tropas a nivel país, lo que también incluía reclutar voluntarios y apoderados.

Luego de eso, se definió un trabajo más focalizado: Los recursos fueron concentrados en las principales ciudades entre Valparaíso y La Araucanía, y luego otro equipo se abocó a aquellas comunas definidas como prioritarias por el propio comando de Sebastián Piñera.

Fue así como el comando de Guillier buscó contrarrestar la arremetida del piñerismo en las comunas más populosas de la Región Metropolitana, como Puente Alto, donde el arribo de Manuel José Ossandón a la campaña del ex presidente fue estudiado con lupa por los estrategas oficialistas.

Alcaldes, concejales, cores fueron movilizados también en La Florida, San Bernardo, Maipú, Viña del Mar, Las Condes y Valparaíso, donde Chile Vamos también movilizó fuertemente a sus huestes.

“Hubo un cambio muy positivo en el estado de ánimo de la centro izquierda y un sentido de unidad por caminar hacia un chile más justo entre la primera y la segunda vuelta. Los miles de voluntarios que se desplegaron por todo Chile y la priorización de territorios específicos de acuerdo a la georeferenciacion de los datos electorales de la primera vuelta”, fueron la clave de lo que se hizo desde el oficialismo dice el propio Santander a T13 Semanal.

Según los cálculos del comando, durante los fines de semana de campaña se movilizaron más de 12 mil voluntarios en todo Chile, y en días hábiles más de cinco mil durante las tardes de campaña.

A diferencia de la oposición, dicen en el comando de Guillier, se trataría de voluntarios más comprometidos políticamente y capaces no sólo de repartir volantes, sino que de “evangelizar” y “convencer” al electorado.

En la campaña del balotaje el foco estuvo puesto en lo territorial, de hecho, a diferencia de la primera vuelta, el abanderado participó de cinco cierres de campaña acotados: Temuco, Concepción, Valparaíso, Rancagua y Santiago.

Con todo, este equipo se volcará el domingo a la tarea de ser apoderados de mesa, donde, el oficialismo cree que movilizará  más de 16 mil personas que pelearán por cada voto. 

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